Crece la sospecha que la noche en que asesinaron al empresario español hubo una fiesta privada con alcohol y sexo dentro de la casa del country de Rivadavia, y que después se produjo el robo y el crimen. En el marco de esa línea investigativa fue que detuvieron a esas dos chicas de 18 y 21 años que serían las dos últimas personas que estuvieron con Gonzalo Giménez Avendaño.
A partir de esa hipótesis, Celeste Navas (21) y Sheila Moya (18) son las dos primeras sospechosas en el caso por el asesinato de Gonzalo Giménez Avendaño (51). El juez Martín Heredia Zaldo, titular del Cuarto Juzgado de Instrucción, ordenó apresar a estas chicas en razón de que hay un testigo que afirmó que ellas estuvieron con el empresario español dentro de la casa la madrugada del miércoles último. Además, detectaron que la última comunicación telefónica que hizo la víctima fue con una de estas jóvenes. Una de las detenidas es de Chimbas y la otra de Capital.
Quién era el empresario
Giménez Avendaño era oriundo de la localidad de Águilas en la Comunidad Autónoma de Murcia, España, y estaba radicado en San Juan hace 10 años, revelaron fuentes del caso. Era docente, pero en la provincia tenía su propio emprendimiento: era dueño de la Residencia para Adultos Mayores “Don Juan” en calle Caseros, Capital. Vivía solo en la casa ubicada en el fondo del consorcio Portal de Las Sierras de Rivadavia.
El empresario fue encontrado asesinado el miércoles último, pasadas las 14. Su tía junto con policías de la Seccional 28va ingresaron a la fuerza a la vivienda a raíz de que éste no contestaba los llamados telefónicos. El cadáver se hallaba en el living comedor y presentaba un golpe en la nuca y al menos cuatro heridas corto punzantes, una de las cuales fue cerca del corazón y le provocó la muerte, según la autopsia. Vestía un pantalón y una remera deportiva, y estaba de pantuflas. Adentro había desorden, como si hubiese hurgados algunos muebles, y le faltaban su billetera y su celular. No se sabe si le llevaron dinero y otros efectos. Lo que sí confirmaron fue que en un mueble de su dormitorio tenía más de 230.000 pesos y que no fueron tocados. También hallaron una botella de champagne, envases de cervezas y vasos, dando cuenta de que esa noche existió una fiesta o una reunión de amigos o conocidos.
Las noches y el sexo
Los vecinos contaron que el empresario español llevaba una vida reservada, era muy respetuoso y no mantenía mucho contacto con la gente. Si bien tenía una novia en Córdoba, aparentemente le gustaba la noche e invitaba a mujeres jóvenes a su casa. Los policías establecieron que Giménez Avendaño solía ir a boliches y se veía con chicas, entre ellas Navas y Moya, con quienes compartía fiestas privadas con abundante alcohol y donde no faltaba el sexo. También les pagaba y hasta les gustaba tener sexo con dos chicas a la vez, contaron investigadores. En la casa encontraron muchos blíster de pastillas Sildenafil, más conocidas como Viagra.
El que contó todo esto es un amigo del empresario, un hombre de apellido Morla, que dio un testimonio clave. Esta persona relató que la noche del martes fue a ver a Giménez Avendaño a su casa en el country para pedirle prestado dinero y compartió una cerveza. Esto fue antes de la medianoche y ahí supuestamente el empresario le confió que había hablado con Sheila y la otra chica y que ya iban a llegar para tener otro de sus encuentros sexuales, habría relatado el testigo. También contó que por eso se retiró y dejó solo a Giménez Avendaño.
Esa declaración ya está en manos de los policías de Homicidios y del juez Martín Heredia Zaldo, que dirige las investigaciones, contó una fuente del caso. A través del informe del registro de llamadas que hicieron del número de celular de Giménez Avendaño confirmaron que existieron esas comunicaciones y que la última llamada que tuvo fue con Sheila a las 00, 17 del miércoles último.
Es decir, esos son fuertes indicios de que las dos chicas estuvieron con el empresario esa madrugada. Eso encaja con la sospecha de que hubo una fiesta íntima, al menos con ellas, aunque no se descarta la presencia de más personas.
Dos hipótesis
Hay dos teorías sobre lo que sucedió después. Una de las sospechas es que mientras estaban alcoholizados se produjo una pelea o una discusión y que entonces lo golpearon y lo mataron a cuchillazos. Que luego le sustrajeron la billetera, su celular, y posiblemente dinero, y fugaron por el portón trasero del consorcio. La otra hipótesis es que fueron con intenciones de robar y que lo distrajeron tomando y seduciéndolo hasta que lo atacaron.
Igual todas son sospechas y hay que demostrarlo. Una de las dificultades es que no hay registros de las cámaras de seguridad. En el sector donde está la casa de Giménez Avendaño no hay cámaras. Y el jardín de infantes que está frente al portón trasero del consorcio Portal de las Sierras, por calle Hipólito Yrigoyen, también tiene otra cámara de seguridad pero no funciona. Eso impide saber quién ingresó a la casa. Y es que la presunción es que entraron y salieron por ese acceso del fondo del barrio privado.