En San Juan, es común que su nombre aparezca cada vez que alguien publica en redes sociales un pedido de ayuda para un animal en situación de calle. Se trata de Luciano Castro, un joven de 25 años que desde los 14 se convirtió en referente del proteccionismo animal en la provincia.
Todo comenzó el 17 de junio de 2014, cuando dos cachorritas fueron arrojadas frente a la puerta de su casa. Estaban desnutridas y enfermas, y junto a su madre decidió cuidarlas hasta que se recuperaron. Ese gesto marcó el inicio de un compromiso que no se detuvo más.
A partir de ese momento, Luciano empezó a involucrarse con otros proteccionistas, a aprender sobre cuidados veterinarios y a construir una red de contención que le permitió multiplicar su ayuda. Con el tiempo, su casa se transformó en un verdadero refugio, donde actualmente viven 28 perros, 12 gatos, 24 animales de granja y 28 caballos, estos últimos alojados en una finca que le prestan para su cuidado.
Mientras dedica gran parte de su día a los animales, Luciano sostiene sus gastos mediante un emprendimiento familiar que comparte con su hermana. Con esfuerzo y mucha organización, logra alimentar, atender y rehabilitar a decenas de animales que llegan a su refugio cada año.
Más allá del cansancio y las dificultades económicas, asegura que su motivación sigue siendo la misma que aquel primer día: darles una segunda oportunidad a quienes no pueden defenderse por sí mismos.
Luciano sueña con que en el futuro haya más personas comprometidas con el bienestar animal y que la empatía se convierta en una práctica cotidiana.