La 'Divina Juventud' de Echega sale a pasear con un guiño al eterno Juan Carlos Rubio
Valentina Echegaray presentó un nuevo material que une pasado y presente en post de homenajear al gran guitarrista sanjuanino. Además, permite refrescar la idea de esa juventud emocional que existe independiente de la edad que se tenga
Echega sacó a la luz un viaje muy interesante con el eterno Juan Carlos Rubio como acompañante ideal.
Hay discos que funcionan como cápsulas del tiempo y otros que actúan como puentes entre distintos planos. Divina Juventud, el flamante álbum solista de Echega (el proyecto de la sanjuanina Valentina Echegaray), pertenece a ambas categorías. Es un trabajo de indie rock en español que no solo rescata canciones escritas hace más de una década, sino que se erige como el testamento audible de un vínculo inquebrantable.
En un presente donde la inmediatez suele opacar lo realmente importante, Echega propone un viaje hacia atrás para observar con más claridad hacia adelante. El álbum nace de la necesidad de rescatar la "divina juventud": “esa etapa vital donde la intensidad, la fragilidad y la verdad no conocían filtros”.
El hilo conductor: La guitarra de Juan Carlos Rubio
La aparición de este álbum está teñida por una ausencia muy presente. Este nuevo material funciona como un sentido homenaje a Juan Carlos Rubio, el eximio y carismático guitarrista sanjuanino, cuyo fallecimiento a mitad de este 2025 dejó un vacío inmenso en la comunidad artística local y nacional.
Sin embargo, Rubio no es solo un recuerdo en los créditos; su espíritu y su talento habita en el ADN del disco. Juan Carlos participó en todas las canciones, dejando registrada su guitarra característica, esa que se convierte en un hilo conductor emocional y sonoro.
"En estas canciones hay un gesto de gratitud hacia él. Una forma de nombrarlo sin nombrarlo, de volver a escucharlo en los silencios", confesó Valentina, antes de agregar que "este disco le debe parte de su alma. Fueron muchos años de trabajo con él, muchas canciones compuestas... elegí solo siete y decidí regalárselas al mundo".
En estas canciones hay un gesto de gratitud hacia él. Una forma de nombrarlo sin nombrarlo, de volver a escucharlo en los silencios En estas canciones hay un gesto de gratitud hacia él. Una forma de nombrarlo sin nombrarlo, de volver a escucharlo en los silencios
Echega decidió incluir dos versiones que funcionan como espejos de su propia identidad: una relectura de El Kuelgue y otra de Miguel Abuelo. Ambas piezas han sido pasadas por el tamiz de su sensibilidad, integrándolas naturalmente al álbum y demostrando que la tradición independiente puede convivir perfectamente con la mirada contemporánea.
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Conceptualmente, el disco explora el amor y los procesos de transformación personal, temáticas que han definido la obra de la artista sanjuanina.
Este proceso de "ir hacia adentro" fue una respuesta directa a un contexto complejo. "Mi año fue una verdadera montaña rusa. Atravesé momentos de mucha crudeza y soledad, sobre todo en lo social. Ese aislamiento me permitió seguir haciendo canciones", reflexionó la cantante.
Esa introspección tuvo su contraparte en el regreso a los escenarios. El 2025 marcó el retorno de Echega, compartiendo fechas con María Pien y Juanito el Cantor en Aubone Petit Chateau, y abriendo el show de Cruzando el Charco en el Auditorio Juan Victoria. "Fue un proceso de volver a animarme, de a poco", admitió.
Hacia un 2026 de claridad y florecimiento
Con el lanzamiento de Divina Juventud, Echega cierra un ciclo de sanación para abrir uno de expansión. La mirada de la artista ya está puesta en el horizonte cercano, con una convicción que mezcla lo místico con lo terrenal: "Siento que el 2026 viene con muchos desafíos lindos. Se viene con mucha música, con orden y con un florecer que no sé explicar del todo, pero que lo siento con mucha claridad. Tengo esa sensación linda de que las cosas empiezan a acomodarse".
Siento que el 2026 viene con muchos desafíos lindos. Se viene con mucha música, con orden y con un florecer que no sé explicar del todo, pero que lo siento con mucha claridad Siento que el 2026 viene con muchos desafíos lindos. Se viene con mucha música, con orden y con un florecer que no sé explicar del todo, pero que lo siento con mucha claridad
“Más allá de lo musical, hay decisiones personales que también son desafíos. El año que viene quiero rodearme de gente real, auténtica, sin caretas. Personas que sumen, que me den paz. Le pido a Dios poder ver con claridad a quienes me rodean, tener la fuerza para seguir creyendo en mí y mantenerme atenta", completó Valentina.