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SUSCRIBITELa miniserie de sólo 8 capítulos se transformó rápidamente en una de las más vistas. Un repaso por sus puntos más fuertes.
La Sofía Falcone de Cristin Milioti, el arma secreta de la serie El Pingüino.
En los últimos días, Max puso por fin en su catálogo el octavo capítulo de “El Pingüino” y completó así la historia que forma parte del universo de The Batman, película de Matt Reeves lanzada en 2022. Desde que comenzó a emitirse, la serie se transformó en lo más visto de la plataforma. Con actuaciones que nadie se atreve a poner en discusión, muchos marcaron una crítica que, al mismo tiempo, se puede transformar en uno de sus grandes aciertos.
En un resumen simple, el spin-off se desarrolla en un periodo crítico después de la muerte de Carmine Falcone, quien dejó un vacío de poder en el crimen organizado de Gótica. Mientras muchos aspirantes a ocupar el lugar luchan por el control, Oswald Cobblepot, más conocido como El Pingüino (Colin Farrell), saca su lado más cruel y se anima a enfrentar a los líderes de las familias más descarnadas para quedarse con ese lugar. Todo, mientras se enfrenta a sus propias debilidades. En medio de esa tarea se cruza con quien termina convirtiéndose en un personaje clave, Sofía Falcone, quien deviene en El Ahorcado (Cristin Milioti).
La historia comienza entonces en los días siguientes a los eventos de The Batman, explorando cómo Oz intenta capitalizar el caos generado por la caída de su exjefe.
Lejos del más cercano al cómic y casi caricaturesco Pingüino de Danny DeVito en los ’90, el de Farrell es un personaje poderoso, con sentimientos a flor de piel, espeluznante y, sobre todo, completamente impiadoso. Más allá del increíble trabajo de caracterización que deja muy en el fondo al verdadero actor, la interpretación de Farrell es impecable, tal como ya se vio en la película. Sus movimientos y su caminar cansando, su espalda encorvada y los ojos vacíos podrían tranquilamente dejar inútiles las capas de maquillaje.
Pero, más allá del desempeño del actor de 48 años al que todo el mundo hace referencia, aparece la obra de arte de Milioti, quien es realmente magnífica. A lo largo de la serie se ve desde muy joven hasta adulta. Siendo una persona solidaria y cariñosa (dentro de su contexto de vida) hasta transformarse en la villana más escalofriante. Y la actriz logra toda esa evolución sin ningún tipo de prótesis o máscara. Son simplemente su semblante, sus gestos faciales y el cambio magistral en sus ojos los que se llevan todo el crédito.
Claramente, la calidad de interpretaciones no fue puesta bajo debate por ningún crítico ni persona del público que se haya detenido frente a la pantalla. Las discusiones sí se han dado, en cambio, en torno al foco de la propuesta, que se aleja demasiado del universo Batman. Pero, justamente eso es lo que puede llegar a resultar más atrapante.
Es cierto que la historia se acerca más a una serie de gánsteres que a las aventuras ocurridas en la Ciudad Gótica y esto, tal vez, resulte incómodo para algún ultrafanático de la saga. Sin embargo, el desarrollo de cada uno de los personajes es tan potente, que el Hombre Murciélago no llega a extrañarse.
Aquí nuevamente resaltan los dos personajes principales. Por un lado, el perturbado e inseguro Pingüino que trae una dura carga de discriminación infantil sobre sus hombros, junto a sus vínculos con su madre, Francis Cobb (Deirdre O’Connell), y su nuevo “amigo”, Víctor (Rhenzy Feliz). Por otro, la desencantada y traicionada Sofía Falcone, que ve cómo la imagen de su padre se desmorona como un castillo de naipes mientras ella también va cayendo.
Esa transformación de ambos, que pasan desde la inocencia de la niñez a transformarse en los monstruosos, es la verdadera esencia de la propuesta. Algo que ya resultó exitoso con otro de los archivillanos del mundo Batman, el Joker de Joaquín Phoenix de 2019, dirigida y producida por Todd Phillips.
Por otra parte, el desarrollo de cada uno de los capítulos con los flashbacks mezclados con el presente, que permiten ir descubriendo la evolución de cada personaje, es perfecto. De hecho, esas idas y vueltas son las que van dejando salir a la luz los secretos de los protagonistas, que sorprenden de modo ascendente hasta el último capítulo.
Sobre el final es importante recordar un detalle: el propio Farrell aseguró que su controvertido Pingüino iba a ser realmente odiado por los espectadores en el episodio 8. Y no exageró.
Completamente refinada, atrapante y sin un ápice de escrúpulos, la increíble Sofía Falcón, archienemiga de Oz Cobb en “El Pingüino”, trasciende por completo el título de “personaje secundario”.
Detrás de ella está Cristin Milioti, quien logra sólo con su postura corporal y su mirada pasar cambiar por completo la identidad de su personaje.
La actriz de Nueva Jersey, de 39 años, compone a una capa mafia desquiciada, que se convierte en la más mala de todas movilizada por la traición de su propio padre y su sed de venganza contra el personaje principal. Milioti empieza siendo una joven que encarna la gran promesa de su familia para heredar el imperio criminal de Ciudad Gótica construido por su padre Carmine. Sin embargo, él mismo la termina enloqueciendo del modo más descarnado.
Sólo a base de interpretación, compone con maestría a todas las Sofías de la historia: la joven privilegiada y elegante de aparente futuro resuelto y a la convicta que pasa de ser acusada de asesina y ser internada en una clínica psiquiátrica a desquiciarse realmente hasta convertirse verdaderamente en El Ahorcado.
Finalmente, quedan ganas de seguir viendo a la actriz que ya se había destacado sobre diversos escenarios de teatros, tiene una larga lista de actuaciones en el cine, incluida su participación en El lobo de Wall Street (Martin Scorsese, 2013); y se desempeñó en distintos papeles en series como Black Mirror, Los Soprano y The Resort. Pero nunca había resaltado tanto.
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