A 25 años del accidente que cambió su historia, Marixa Balli volvió a hablar del episodio que casi le cuesta la vida. En una entrevista con el programa Sería Increíble (Olga), la artista recordó el siniestro ocurrido en mayo del año 2000, cuando el auto en el que viajaba junto a su pareja Mariano Fischer volcó en la ruta 2, mientras regresaban de Mar del Plata. Fischer murió en el acto y Balli pasó varios días internada en terapia intensiva, con heridas graves.
“Estoy viva de milagro. Ahí tenés un antes y un después: tocás fondo, ves lo peor. En ese momento te despedís de tu familia, pasan cosas muy importantes que solo quien lo vive lo lleva en la piel”, contó emocionada. La bailarina relató que durante el vuelco permaneció consciente, aunque hubo un instante en el que sintió que se iba: “Cuando el auto no paraba de girar y esperaba el golpe final, pensé en mis viejos y en mi hermano, en lo mal que la iban a pasar si yo no sobrevivía”.
Según explicó, todo comenzó con un viaje a Mar del Plata para visitar a su padre, que se encontraba internado. Su novio la acompañó, sin saber que ese trayecto sería el último que harían juntos. Días antes, una peluquera del canal donde trabajaba le había advertido algo que quedó grabado en su memoria. “Me dijo: ‘Tené cuidado, veo mucha sangre’. Me lo tomé con miedo porque estaba viajando mucho. Y una semana después pasó lo que pasó”, recordó.
Durante el regreso a Buenos Aires, Balli sintió una fuerte inquietud. “Paramos en Castelli a cargar nafta y me salió decir ‘no llego a Buenos Aires’. Era una sensación rara, como si algo me avisara”, contó. Minutos más tarde, en el tramo previo al puente de Samborombón, el auto perdió el control. “Venía a alta velocidad. Le dije que tuviera cuidado, que la curva era cerrada. Pero no bajó la velocidad y empezamos a colearnos. En total fueron 19 vueltas”, relató.
Tras el accidente, Balli quedó atrapada entre los hierros, con heridas profundas. “No podía moverme del frío. Después supe que es algo que muchos sobrevivientes sienten, como si la muerte estuviera ahí. Fue muy feo todo. Sentí dolor, sangre, y en un momento me despedí”, dijo.
La bailarina reveló además que las secuelas físicas y emocionales fueron muy duras: “Después del accidente no pude tener hijos. Fue un antes y un después en mi vida, algo inolvidable. Estuve varios días al borde, sin saber si iba a sobrevivir”.
Tres meses después del accidente, otro golpe conmocionó a Balli: la muerte de Rodrigo Bueno, con quien había mantenido una relación sentimental años antes, en otro trágico siniestro vial sobre la autopista Buenos Aires-La Plata. “Primero yo, a la semana, y después él a los tres meses”, recordó sobre la advertencia que le habían hecho antes del viaje.
Con el paso del tiempo, Balli asegura que aprendió a convivir con lo ocurrido, pero no olvida el día que cambió su destino. “Fue una experiencia muy dolorosa. Me marcó para siempre, pero también me enseñó el valor de estar viva”, concluyó.