Los apodos en el mundo de la bailanta son moneda corriente. Algunos artistas simplemente nacen con un apodo que los representa, que aman, en los que vuelcan toda su carrera y en otros casos, los detestan hasta el fin de sus días. Ni uno ni lo otro, Karina “La Princesita” dijo porque ya está cansada de que la nombren de esa manera.
Con 35 años, una de las referentes de la movida tropical quiere refrescar su nombre ya que n ose siente cómoda desde hace mucho con esa identificación:
“No es un nombre que elegí y al día de hoy me siguen diciendo Princesita. Puede que con la edad que tengo no me siento del todo cómoda, pero se que es con cariño por eso lo acepto"
Así lo dejó muy en claro Kari al reiterar que “Yo no elegí ese nombre y hoy no me siento del todo cómoda”, apenas la interceptó un móvil para consultarle por su presente en el mundo de la música.
Aunque se sabe que ya es un poco tarde para cambiar su marca, esa misma marca que la hizo famosa desde su juventud, cuando conquistó los escenarios con su rostro de niña a los 18 años, Karina entendió que la suya es una batalla perdida, luego de muchos años sobre los escenarios del país.
“Muchas veces nos eligen los apodos, tenés que tratar de aceptarlos. Hasta el día de hoy me cuesta un poco”, aseguró, y luego explicó que lo de “princesita” y no “princesa”, por ejemplo, tuvo que ver con un tema de seguridad y confianza en sus comienzos.
“Me querían llamar reina, ´la más´ no se cuánto, y a mí me daba vergüenza y no me sentía cómoda”, señaló la artista, que ahora, muchos años después, está parada en un lugar completamente distinto, muy empoderado, siendo una joven mamá de una adolescente llamada Sol, fruto del amor que vivió junto a otro ícono de la bailanta, el conocido músico el Polaco.