Una expedición internacional con participación argentina avanza en el estudio del Talud Continental del Atlántico Sur, una de las regiones oceánicas más ricas en biodiversidad del planeta. El trabajo se realiza a bordo del buque Falkor (too) del Schmidt Ocean Institute, junto a científicos del Servicio de Hidrografía Naval (SHN), el CONICET, la UBA y otras instituciones nacionales.
El proyecto, denominado “Ecos de dos Cañones”, centra sus estudios en los cañones Bahía Blanca y Almirante Brown, ubicados frente a las costas de Río Negro y Chubut. Allí, los investigadores buscan entender cómo las corrientes de Malvinas, frías y ricas en nutrientes, interactúan con los relieves submarinos y fertilizan las aguas del Mar Argentino.
“Esta región funciona como una verdadera bomba biológica”, explicó Silvia Romero, jefa científica del operativo. “Queremos comprender qué hace de este lugar uno de los ecosistemas más productivos del Atlántico Sur”. “Esta región funciona como una verdadera bomba biológica”, explicó Silvia Romero, jefa científica del operativo. “Queremos comprender qué hace de este lugar uno de los ecosistemas más productivos del Atlántico Sur”.
La misión incluye el uso de tecnología de vanguardia, como el robot submarino SuBastian, que transmite imágenes en alta definición desde profundidades de más de 300 metros, y el vehículo autónomo AUV Glider, que mide variables como temperatura, salinidad y oxígeno. Parte del equipamiento fue diseñado y construido en laboratorios argentinos.
Durante las inmersiones, los científicos captaron imágenes inéditas de especies marinas poco conocidas. Entre los hallazgos más llamativos se destacan una anémona rayada, apodada “anémona en pijama”, una mantarraya que interactuó con el robot submarino, y una gran medusa blanca a más de 300 metros de profundidad. También se registraron desechos plásticos en el lecho marino, una muestra del impacto humano incluso en zonas remotas.
El equipo, integrado por 25 científicos y técnicos, recolecta muestras de agua, sedimentos, algas y organismos, además de datos sobre corrientes, pH y acidez. La información permitirá modelar cómo las condiciones físicas del océano influyen en la distribución de vida marina y en el equilibrio climático global.
Los resultados preliminares confirman que los cañones submarinos cumplen un papel clave en la fertilización natural del Atlántico Sur, al facilitar el intercambio entre las aguas profundas y la superficie. Esta dinámica sostiene las grandes pesquerías y contribuye a la absorción de dióxido de carbono, un proceso esencial frente al cambio climático.
La expedición finalizará el 29 de octubre, pero los datos obtenidos serán de acceso público. El objetivo es que investigadores de todo el mundo puedan analizar la información y continuar el estudio de los ecosistemas del Mar Argentino, considerados estratégicos para la ciencia, la conservación y el desarrollo sostenible.