Si alguien sabe de perder por poquito de quedarse en la puerta de la Casa de Gobierno sin que nadie lo invite a entrar, es Daniel Scioli.
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SUSCRIBITESi alguien sabe de perder por poquito de quedarse en la puerta de la Casa de Gobierno sin que nadie lo invite a entrar, es Daniel Scioli.
Desde aquel balotaje de 2015 en el que Mauricio Macri lo venció con el 51.34%, contra el 48.66% del ex motonauta (678.774 de diferencia, o sea que Scioli ganaba con el cambio de sentido de sólo 340.000 votos), dicen las malas lenguas que solía presentarse: “Daniel Scioli, casi ex presidente”.
Pero hoy su rol es la reasumida embajada en Brasil, luego de su brevísimo interregno en el ministerio de Producción, tras la salida de Matías Kulfas.
Scioli, que supo cultivar una buena relación con Jair Bolsonaro pese a la tirria que el capitán Presidente tiene con nuestro país, y con el gobierno de los Fernández, realizó un análisis de lo que dejó la jornada electoral de ayer.
“Lula alcanzó los votos que se preveían. Llamó un poco la atención la proximidad de Bolsonaro. Ahora, ambos tienen nuevos desafíos por las características del balotaje”, apuntó el ex vicepresidente de Néstor Kirchner.
“Ahora la sociedad les va a pedir algo más. No va a alcanzar con que Bolsonaro diga 'Dios y patria' y Lula hable de ver un pueblo feliz. Ambos deben estar pensando en cómo ir en busca los electores que fueron por las otras alternativas políticas. Y algunos, aunque sean porcentajes bajos, pueden ser importantes en una elección tan cerrada”, explicó el embajador.
La búsqueda de los votos que Lula precisa deben ir, fundamentalmente por el lado de Ciro Gómez. El ex ministro de Lula obtuvo un 3.5% que, si en las generales parece ubérrimo, en este marco se convierte en agua en el desierto.
Entre las razones de la derrota d Bolsonaro, Scioli especulo con que “ya no tiene la novedad del anti sistema y tiene cuestionamientos hacia cómo fue su Gobierno, fundamentalmente la pandemia, y también sus modos, su forma de ser”.
Finalmente con el cuidado que su posición en Brasilia le exige, mostró la orejita de su preferencia: “Lula tiene vocación de unir y de pacificar Brasil (…) está convencido que Argentina y Brasil juntos nos fortalecemos y nos complementamos”.
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