El Cardenal estadounidense Raymond Burke, prefecto emérito de la Signatura Apostólica, celebró este sábado 25 de octubre una solemne Misa tradicional en latín en la Basílica de San Pedro del Vaticano, ante miles de fieles devotos de esta antigua liturgia, quienes no habían podido participar en una celebración similar en 2023 y 2024.
Burke celebró la Solemne Misa Pontifical, una Misa mayor en latín presidida por un obispo, en el Altar de la Cátedra, en el segundo día de la peregrinación Summorum Pontificum, que se realiza del 24 al 26 de octubre. El cardenal ya había celebrado una Misa en latín en ese mismo altar durante la peregrinación de 2014.
La 14° edición de la peregrinación Summorum Pontificum lleva a los fieles ad Petri Sedem (a la Sede de Pedro) para dar “testimonio del apego que une a numerosos fieles en todo el mundo con la liturgia tradicional”, de acuerdo al sitio web del evento.
Burke, un defensor de la Misa tradicional en latín y uno de los críticos más destacados del fallecido Papa Francisco —bajo cuyo pontificado cayó en desgracia—, se reunió con el Papa León XIV en una audiencia privada el 22 de agosto y, un mes antes, el Santo Padre le envió al cardenal una carta de felicitación por sus 50 años de sacerdote.
En junio, el cardenal dijo que había solicitado al Papa León que elimine las restricciones a la celebración de la Misa tradicional en latín en las diócesis.
Rorate Caeli, un conocido sitio para los devotos de la Misa tradicional en latín, había considerado la celebración de una Misa Pontifical Solemne en la Basílica de San Pedro como un “signo importante” de mayor tolerancia a la liturgia tradicional, que el Papa Francisco restringió casi por completo en 2021.
La homilía del Cardenal Burke en la Basílica de San Pedro
“Es motivo de profunda alegría para mí celebrar la Misa Pontifical en el Altar de la Cátedra de San Pedro, como culminación de la Peregrinación Summorum Pontificum 2025”, dijo el purpurado al inicio de su homilía, resaltando que la ofrecía “por los fieles de la Iglesia de todo el mundo, que se esfuerzan por preservar y promover la belleza del Usus Antiquior (Uso más antiguo) del Rito Romano”.
El cardenal expresó además que “la Misa Pontifical de hoy se celebra según la forma más antigua del Rito Romano, el Usus Antiquior. La Iglesia celebra el 18º aniversario de la promulgación del Motu Proprio Summorum Pontificum (2007), con el que el Papa Benedicto XVI hizo posible la celebración regular de la Misa según esta forma, en uso desde la época de San Gregorio Magno”.
“En el privilegio de participar en el Santo Sacrificio de la Misa de hoy, no podemos dejar de pensar en los fieles que, a lo largo de los siglos cristianos, han encontrado al Señor y han profundizado sus vidas en Él a través de esta venerable forma del Rito Romano. Muchos se sintieron inspirados a practicar el heroísmo de la santidad, incluso hasta el punto del martirio”, continuó.
El cardenal destacó asimismo que “aquellos de nosotros lo suficientemente mayores como para haber crecido rezando a Dios según el Usus Antiquior no podemos dejar de recordar cuánto nos ha ayudado a mantener nuestra mirada fija en Jesús, especialmente al responder a nuestra vocación en la vida”.
La Virgen de Fátima
En su reflexión, centrada en la figura de la Virgen María, el Cardenal Burke resaltó que “somos hijos e hijas de María en su Hijo, Dios Hijo Encarnado. Con maternal solicitud, ella atrae nuestros corazones a su Inmaculado y glorioso Corazón, y los conduce a Él, a su Sacratísimo Corazón, instruyéndonos con las mismas palabras: ‘Haced lo que Él os diga’”.
El purpurado recordó además que este 2025 se cumplen 100 años de las apariciones de la Virgen de Fátima a Sor Lucía en España; y 100 años también de la publicación de la encíclica Quas Primas del Papa Pío XI, con la que se instituyó la fiesta de Cristo Rey.
El cardenal destacó que “Nuestra Señora de Fátima desea protegernos del mal del comunismo ateo, que aleja los corazones del Corazón de Jesús —única fuente de salvación— y los lleva a rebelarse contra Dios y contra el orden que Él ha establecido en la creación y escrito en el corazón de cada ser humano”.
En su mensaje, continuó el purpurado, la Virgen de Fátima también “denunció la influencia de la cultura atea en la propia Iglesia, que ha llevado a muchos a la apostasía y al abandono de las verdades de la fe católica”.
Fuente: ACI Prensa