El presidente Joe Biden sí que sabe cómo hacer para que la comida, a sus invitados, les caiga pesada.
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SUSCRIBITEEl presidente Joe Biden sí que sabe cómo hacer para que la comida, a sus invitados, les caiga pesada.
En un almuerzo de trabajo realizado el viernes pasado, en el marco de la Cumbre de las Américas, les soltó a los presidentes y diplomáticos reunidos que “el riesgo de una tercera guerra mundial es muy grande”.
Pata “tranquilizar” a los comensales, no dio ni una pista: “Tengo información clasificada que no puedo compartir con ustedes”, dijo.
La burrata, el pollo y el té helado les deben haber bajado de a poco por la garganta a los mandatarios que asistían impávidos a la confesión de POTUS.
Al “riesgo grande” de la tercera guerra, que dejó picando como inminente, le sumó que tendrá “consecuencias inimaginables”.
Cerca de Biden, comentaban acerca de la chance de un conflicto nuclear, como para ir tomándole el peso, que las dos bombas que los norteamericanos lanzaron contra Hiroshima y Nagasaki en 1945 hoy son consideradas “armas de baja intensidad”.
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