Con las fábricas funcionando a media máquina, las ventas en baja y las pymes haciendo malabares para no achicar personal, ese es el escenario con el que asume Leonardo de la Vega la presidencia de la Unión Industrial de San Juan.
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SUSCRIBITEEl nuevo titular de la Unión Industrial brindó un diagnóstico crudo: crisis, empleo al límite y un fuerte reclamo por la formación técnica.
Con las fábricas funcionando a media máquina, las ventas en baja y las pymes haciendo malabares para no achicar personal, ese es el escenario con el que asume Leonardo de la Vega la presidencia de la Unión Industrial de San Juan.
El empresario habló de todo con Tiempo de San Juan, describió el contexto económico como “complejo” por la retracción de la demanda, y puso el foco en un aspecto que se ha convertido en un cuello de botella para la industria local: el empleo y la formación de trabajadores por parte del sector privado, en un contexto donde las escuelas técnicas no logran cubrir las expectativas, según señaló.
También defendió el esfuerzo de las pymes por sostener puestos de trabajo y puso a la minería del cobre como una oportunidad concreta para dinamizar al resto de la economía sanjuanina.
Uno de los ejes que más destacó el empresario fue la crítica al deterioro de la educación técnica y el rol que debió asumir el sector privado ante la falta de inversión estatal. Según de la Vega, las escuelas técnicas están “vapuleadas por la falta de presupuesto”, lo que obliga a las empresas a destinar recursos propios para cubrir falencias básicas en la formación de sus trabajadores.
“El sector privado ha tenido que tomar la posta y cubrir ese déficit educacional”, afirmó, y agregó: “tenemos que pelear para que eso se retorne a quien tiene que darlo”. En ese sentido, insistió en que el Estado cuenta con recursos asignados por ley y debe garantizar calidad educativa, especialmente en un contexto donde la industria necesita mano de obra cada vez más calificada.
Para el empresario, la crisis actual es un fenómeno multisectorial que ha empujado a las empresas locales al borde de su resistencia. Sin embargo, destaca el rol social de las pequeñas y medianas empresas sanjuaninas, que luchan por evitar despidos masivos a pesar de la caída en las ventas.
Según explica, en las pymes "los recursos no son fáciles de capacitar", por lo que los empresarios "apuestan a sostenerlo lo que más pueden". No obstante, la advertencia es clara: "Hoy estamos creo que al límite", lo que genera una urgencia por visibilizar cambios que reactiven la demanda.
El nuevo titular de la Unión Industrial de San Juan describió una economía con fuertes asimetrías internas. Mientras algunos sectores muestran signos de actividad, otros están directamente jaqueados por el contexto nacional.
Los más afectados, según detalló, son textiles y calzado, golpeados por la apertura de importaciones. “Se ven más afectados por la invasión de importaciones y por las dificultades de competir por las asimetrías que existen”, señaló. “La construcción y quienes están en la cadena de valor también han sufrido por la detención de la obra pública”, agregó.
En el otro extremo, la minería aparece como un sector que está en mejores condiciones. Aun así, aclaró que en el caso de Veladero, la actividad se encuentra en una meseta: no genera grandes volúmenes de nuevos puestos de trabajo, aunque sí mostró una recuperación interna favorecida por el valor del oro.
Mencionó que la minería es una herramienta clave para salir del estancamiento, siempre que las expectativas se traduzcan en hechos concretos, y sobre los grandes proyectos de cobre sanjuaninos fue cauto pero optimista. “Las señales dicen que sí. Las expectativas dicen más, pero las señales dicen que se van a llevar a cabo”, aseguró.
Agregó que “la minería dinamiza toda la economía, toda la industria. Hay que proveerle un montón de insumos y materiales, y se dinamizan todas las industrias”. En ese punto, sostuvo que el gran desafío del gobernador Marcelo Orrego es utilizar la minería “como una herramienta de diversificación, para que los recursos de la minería generen una puesta en valor del resto de actividades que tenemos muy retrasadas, como la agrícola o el turismo”.
Para el flamante presidente industrial, mejorar la eficiencia interna de las empresas ya no alcanza si el entorno no acompaña. “Tenemos que pelear para que el Estado nos dé competitividad”, planteó, y apuntó directamente a la infraestructura y la logística, todos temas de índole nacional.
El costo del transporte es, según explicó, uno de los grandes condicionantes para San Juan. “Tenemos un tema de costos logísticos altísimo, y eso nos impacta más a las provincias alejadas de los centros de consumo”, señaló.
A ese escenario se suma la presión impositiva. “Tenemos una carga impositiva muy grande, y más aún si tenemos que competir con estas importaciones”, advirtió, marcando una de las principales preocupaciones del entramado industrial local.
Respecto a su llegada a la presidencia de la UISJ, como sucesor de Ricardo Palacios, de la Vega aclaró que no se trata de un giro abrupto, sino de una continuidad institucional con foco en fortalecer equipos. “Las instituciones tenemos que mostrar que no somos personalistas”, afirmó.
En línea con la UIA nacional, aseguró que el objetivo sigue siendo defender la industria y avanzar hacia esquemas más federales que compensen las distorsiones impositivas. “Es seguir conformando los equipos de trabajo para armar el plan que nos sirva para los desafíos que tenemos para el 2026”, sintetizó.
Por último, dijo que uno de sus pasos iniciales en la nueva conducción será fortalecer la “articulación público-privada”, ya que considera vital "trasladar nuestra visión, nuestras propuestas tanto a gobiernos provinciales como al nacional".
