La industria automotriz atraviesa una transformación histórica. En un escenario dominado por la electrificación, la digitalización y la conectividad, los fabricantes tradicionales se enfrentan a un dilema: ¿apostar por su legado o reinventarse para competir con el empuje de las marcas asiáticas, en especial las chinas?
El contraste quedó en evidencia en el reciente Salón de Múnich (IAA Mobility 2025). Volkswagen presentó una nueva estrategia visual y de nombres para sus futuros eléctricos, buscando retener a sus clientes a través de la continuidad histórica. Renault, en cambio, sorprendió con un Clio 2026 de diseño totalmente disruptivo, alejado de los cánones estéticos previos, pese a tratarse del modelo más vendido de Europa en el primer semestre del año.
El fenómeno no se limita a estas marcas. Peugeot renovó radicalmente el 3008 y Audi, en una jugada audaz, creó un modelo exclusivo para China que incluso abandonó el icónico emblema de los cuatro anillos para estrenar una identidad distinta.
Historia versus innovación
Las automotrices parecen dividirse entre quienes confían en la fuerza de su tradición y quienes buscan diferenciarse con diseños futuristas. Ambos caminos integran las nuevas tecnologías, pero con filosofías opuestas.
El propio jefe de diseño de Volkswagen, Andreas Mindt, reconoció que la marca cometió errores en los primeros eléctricos al exagerar los capós cortos y parabrisas muy inclinados. Esa decisión, pensada para aprovechar el espacio, generó problemas de sobrecalentamiento y mayor consumo de energía. Ahora, la marca apuesta a líneas “puramente positivas”: suaves, optimistas y agradables.
Renault, por su parte, trabaja en una reinterpretación de sus años dorados de los 80 y 90. “Queremos volver a esa época en la que Renault era innovadora, cool y tecnológica”, explicó Pablo Sibilla, presidente de la filial argentina, durante la presentación del nuevo Koleos en Buenos Aires. La estrategia incluye referencias estéticas de aquella década y hasta músicas de esa época en sus campañas publicitarias.
La estrategia en Argentina
El Koleos y el Boreal, recientemente lanzado en Brasil, son ejemplos de la nueva línea de diseño de Renault, con estilos heterogéneos que rompen con la homogeneidad de otras marcas. “Buscamos que cada modelo tenga personalidad propia”, destacó Sibilla, en contraposición a los fabricantes que replican el mismo lenguaje en toda su gama.
En paralelo, Volkswagen decidió recuperar nombres históricos para bautizar sus eléctricos a partir de 2026, reforzando el vínculo emocional con los clientes. “No hace falta ver el logo para saber que es un Volkswagen”, remarcó Mindt, subrayando la coherencia estética de sus nuevos modelos.
El desafío del futuro
La gran incógnita es qué priorizarán los consumidores del mañana: la seguridad emocional que transmite una marca con historia o la audacia de propuestas totalmente nuevas. Frente a la ofensiva de competidores que irrumpen con fuerza, las automotrices tradicionales confían en que su pasado puede ser la clave para asegurar el futuro.