La publicación de un papá desesperado y angustiado por ver a su hijo llorar, después de ser marginado en un partido de fútbol en el departamento Zonda, generó un revuelo importante en redes sociales. La publicación suma miles de compartidos y opiniones de todo tipo: la mayoría, en apoyo al pequeño y en repudio a la institución que no lo dejó participar del encuentro recreativo. Tiempo de San Juan consultó sobre este caso con dos exfutbolistas que actualmente se desempeñan como técnicos de infantiles. Ambos compartieron una mirada similar con la diversión como una prioridad y la capacitación, por parte de los profes, como una responsabilidad.
Cristian Pérez, el exDesamparados que hoy está a cargo de la escuelita de fútbol de Siux, apuntó contra la institución que excluyó al niño del juego y explicó que hasta los 12 o 13 años, los chicos deben jugar al fútbol por diversión y no por el resultado. "La línea que bajo en la escuelita es que los chicos vienen a divertirse y eso lo hablo con los padres. Se busca que el menor utilice el deporte como una descarga, porque no sabemos qué va a hacer el día de mañana. De la escuela no se ha ido un niño sin jugar. Los niños tienen que jugar al fútbol pero para divertirse. Es un deporte de recreación a esa edad, no tiene por qué existir la presión de ganar", expresó.
Desde la escuelita Pulguitas FC, Pablo Saavedra, exSan Martín, coincidió con su colega y habló de que los chicos, sin importar sus condiciones, tienen derecho a entrar a un campo de juego en algún momento del partido. De hecho destacó que con su equipo participa de una liga donde no hay "goleadores", tabla de posiciones ni mucho menos resultado final: "Si hay un chico que sobresale del resto, lo saco un ratito y lo vuelvo a meter. Pero la idea es que todos los niños participen y vivencien la iniciación deportiva. No hay que exponerlos a resultados o a finales o semifinales hasta los 12 años. A los chicos hay que motivarlos, porque sino no van a querer pisar una cancha nunca más. El hábito de la competitividad no hay que crearlo a tan temprana edad".
"Hay que priorizar al chico salga por donde salga el sol", Pablo Saavedra, DT de Pulguitas FC.
Para Saavedra y Pérez estos casos son recontra habituales en el fútbol en general, sobre todo en los clubes que participan en ligas más competitivas y tienen un nivel de exigencia elevado. También se dan por el desconocimiento de las capacidades y necesidades de los niños. "No todas las instituciones están capacitadas o tienen entrenadores que sepan trabajar con niños. ¿De qué vale salir campeón si se descuidan otros aspectos? Quieren ganar a cualquier costo y le hacen un mal al menor. Un club tiene mayor prestigio si al niño le enseñan que el resultado no es lo más importante, sino la amistad, el compañerismo, el pasarla bien y divertirse.
Para la Convención sobre los derechos del Niño, el juego es uno de los derechos fundamentales de los menores por tratarse de una herramienta valiosa para su desarrollo global, tanto en lo físico, como en lo psíquico y en lo emocional.
La palabra de una psicóloga
Valeria Treo, psicóloga deportiva, expresó que lo que ocurrió con el niño sanjuanino que fue marginado de un partido de fútbol es una situación que se repite a diario en el deporte infantil. En este contexto, destacó el rol que cumple la actividad deportiva en los niños: "Debe ser formativo en valores y actitudes, e inclusivo. Los niños deben aprender técnicamente el deporte pero cada uno a su ritmo. Lo más importantes son los valores como hacer amigos, incorporar reglas, respeto, ser solidario, compañero, buena persona, incorporar el sentido del esfuerzo, que el esfuerzo tiene sus premios. Y que lo único valioso no es ganar. Porque si transmitimos eso dejamos sin valor al niño como ser humano y persona. Al mismo tiempo que el niño se va formando en valores va aprendiendo técnicamente el deporte".
También agregó que "se debe dejar atrás la idea que si formamos en valores no formamos deportistas competitivos porque es al revés; lo más importante es que el niño aprenda y se divierta". En este contexto destacó que "los que tienen que entender esto son los formadores, los dirigentes y los papás también".