"Estar entre los cinco mejores del mundo fue increíble": el sanjuanino Maximiliano Pérez hizo historia
A los 21 años, el sanjuanino Maximiliano Pérez brilló en el Mundial de Paraciclismo y transformó la ceguera en una historia de superación y amor por el deporte.
r“El ciclismo me salvó”. Con esas palabras, Maximiliano Pérez García resume lo que significó el deporte en su vida. A sus 21 años, este joven chimbero que nació con retinopatía prematura —una afección que finalmente lo dejó sin visión en 2020— transformó la oscuridad en impulso. Desde entonces, su historia es un ejemplo de cómo la pasión y la disciplina pueden alumbrar nuevos caminos.
Maximiliano es ciclista adaptado en la modalidad tándem, disciplina en la que un guía pedalea junto a él. En septiembre, integró la Selección Argentina de Paraciclismo en el Mundial de Pista disputado en Río de Janeiro, Brasil, donde participó en cuatro pruebas: velocidad olímpica (9.º puesto), kilómetro (no finish por rotura de bicicleta), persecución individual (5.º) y sprint lanzado (10.º). “Estar entre los cinco mejores del mundo fue algo increíble. Pasamos de la frustración por no poder terminar una prueba a la felicidad de meternos entre los mejores”, recuerda con emoción.
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Del fútbol barrial al velódromo internacional
Hasta no hace mucho, su vida giraba en torno al fútbol. “Era 100% futbolero, no conocía otro deporte”, admite entre risas. Sin embargo, el destino lo llevó hacia el ciclismo de una manera inesperada. Tras participar en los Juegos Evita en 2021, un guía que lo vio correr lo buscó para invitarlo a probar el ciclismo adaptado. “Acepté sin pensarlo. El 7 de noviembre de ese año salimos a pedalear por primera vez y me encantó. Desde ese día no me bajé más de la bici”.
Apenas cuatro meses después, Maximiliano debutó en un Panamericano en Brasil (2022), donde obtuvo cuatro medallas de bronce. A partir de allí, comenzó un proceso de entrenamientos intensos y competencias nacionales que culminaron con su ingreso a la Selección. “Fueron años duros, con bajones, pero siempre estuvo mi familia, mi guía y mis profes empujándome a seguir. Todo esfuerzo valió la pena”.
Un ejemplo de superación sanjuanina
En enero de 2020, cuando la pandemia recién asomaba, Maximiliano enfrentó su momento más difícil: la pérdida total de la vista. “Fue muy duro. Estábamos en cuarentena, sin poder salir, sin amigos cerca. Pensé que no iba a poder hacer nada más”, cuenta. Pero el deporte volvió a aparecer como refugio. “El ciclismo me dio un propósito, me salvó de quedarme quieto, me devolvió la alegría”.
Su rutina actual combina entrenamientos diarios con su rol de ayudante de preparador físico en una escuelita de fútbol barrial. Además, continúa su formación académica y sueña con convertirse en profesor de Educación Física. “Quiero devolver todo lo que el deporte me dio, ayudando a otros chicos que estén pasando por situaciones difíciles”.
Los próximos desafíos
Maximiliano ya piensa en lo que viene: el Campeonato Argentino de Pista en Mar del Plata este mes, el Panamericano de Brasil en marzo y la Vuelta Inclusiva de San Juan en enero. También planea participar nuevamente del Ironman, en la posta de ciclismo. “Son metas que nos ayudan a seguir creciendo y mantenernos en ritmo. Hay que seguir soñando”, afirma con determinación.
El ciclismo me salvó. Pensé que no iba a poder hacer nada más, y terminé representando a mi país en un Mundial El ciclismo me salvó. Pensé que no iba a poder hacer nada más, y terminé representando a mi país en un Mundial
Agradecimientos y compañerismo
Antes de cerrar la charla, Maximiliano se toma un momento para reconocer a quienes fueron parte de su camino: “Mi familia, mis hermanos, mi guía, los profesores Javi Pez y Alfredo Tejada, Majo Quiroga y Gabriela —que también integran la Selección—, y todos los amigos que siempre están. Sin ellos, nada de esto hubiera sido posible”.
Su historia, como tantas que forman parte del ciclo Almateur, refleja el espíritu de quienes hacen del deporte una forma de vida, un lenguaje de inclusión y un motor de esperanza.