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Desde que Raúl Antuña tomó las riendas de la dirección técnica de San Martín, el equipo comenzó a dar señales que hacen ilusionar a la patriada verdinegra y, en ese contexto, son varios los hinchas que se aventuran a seguir al combinado a todas partes, pese a las dificultades que ello representa.
Con este escenario y luego del partidazo que el conjunto de Concepción protagonizó frente a Deportivo Madryn en el Estadio del Bicentenario, en el que levantó un 0-2 y terminó ganando 3 a 2, para el siguiente compromiso que tenía ante Estudiantes de Río Cuarto, un puñado de simpatizantes recorrió los más de 540 kilómetros que separan a San Juan con la ciudad cordobesa y dijo presente en el encuentro del Verdinegro con el León.
Tiempo de San Juan fue testigo del viaje que emprendieron dos familias y un grupo de amigos que se infiltraron en tribuna ajena para ver en vivo y en directo al club de sus amores, aunque sin poder gritar los goles, aplacándose las emociones y casi mordiéndose la lengua para evitar cualquier tipo de problema.
Pese al resultado adverso que tuvo, puesto que perdió 3 a 1, la experiencia pareció valer la pena para los aventureros que aseguraron haber quedado conformes con el despliegue del equipo en tierra celeste. Es que el nivel futbolístico que tuvo fue excepcional y el tanteador final resultó mentiroso.
Llegar justo a tiempo para el inicio, hablar lo menos posible para no levantar sospechas con la tonada sanjuanina y seguir en silencio el desarrollo del juego, sin celebrar jugadas o criticar desaciertos del visitante fue tarea clave para los infiltrados que se mezclaron entre los hinchas celestes que posiblemente hayan advertido la situación, pero que con respeto aceptaron la estadía de intrusos en sus gradas.
Las "tías" de los jugadores
Elvira Riveros y Susana López son dos hinchas verdinegras con asistencia perfecta en la cancha cada vez que juega de local, pero esta vez llevaron su destacado rango por fuera de los límites de la provincia. Las jubiladas que, de tantas presencias en las gradas, se hicieron amigas de las esposas de los jugadores y forjaron una relación especial con los mismos futbolistas se volvieron parte de su familia.
"Somos como las tías, los adoptamos como familia", comentaron las sanjuaninas que observaron el choque desde el estadio Ciudad de Río Cuarto Antonio Candini.
Las allegadas ingresaron a la cancha junto al grupo de familiares que acompaña al plantel e incluso se reunieron con los futbolistas post partido. "Quedamos amargadas por la derrota porque San Martín jugó bien y mereció ganar", manifestaron.
Aún así, indicaron que los resultados buenos van a llegar y por tanta ilusión adelantaron que ya planean el viaje a Córdoba también, cuando juegue con Instituto.
Las hinchas que mantienen un estrecho vínculo con jugadores como Sebastián Penco y Leonardo Corti se quedaron en un hotel y hasta llevaron una punta de espalda para deleitarse al día siguiente, tras aprovechar su estadía en territorio riocuartense.
El pequeño Verdinegro
Valentino Gamero tiene 7 años y por primera vez viajó con su familia para ver un partido de San Martin fuera de la provincia. Sus abuelos y tíos lo invitaron al viaje y, después de salir de la escuela el viernes al mediodía, se subió al auto y emprendió camino.
Mientras transitaba la ruta, los suyos le explicaron que, cómo iban a estar de visitantes encubiertos, debía vivir el partido lo más tranquilo posible. Cómo si fuera un juego para él, acató la indicación y se portó bien.
"Mi abuelo casi grita un gol, yo no dije nada. Eso sí, hacia cien por ciento frío", expresó el chiquito que confesó estar triste por cómo terminó el resultado.
Consultado sobre si volvería hacer semejante viaje, admitió que si juega en Mendoza está dispuesto, pero si es más lejos se lo pensará dos veces antes de aceptar otra vez, aunque impondrá presencia la fecha próxima de local. "El domingo contra Alvarado voy a estar", aseguró.
La Banda del Pueblo Viejo
Un grupo de hinchas se organizó para hacerse la escapada a Córdoba para ver al Verdinegro.
"La idea fue de los pibes de 'La Banda del Pueblo Viejo', una nueva generación de hinchas que siguen al equipo a todos lados", detalló un simpatizante de ese rejunte que también contó que en tres autos diferentes partieron rumbo a Río Cuarto.
"Salimos todos juntos en caravana, fuimos cómo un popurrí de chicos de distintos barrios", resaltó quien se comió un asado antes de ver el partido. "Acordamos no llevar nada de San Martín para evitar drama", sostuvo.
A pesar de que tuvieron que abrazarse disimuladamente en el gol de descuento, ese pequeño festejo fue solo eso porque se volvieron cabizbajos tras la derrota. "El resultado fue mentiroso, pero fue una experiencia muy bonita que volveríamos a hacer todos las veces que se pueda", comentó el representante del grupo.
A diferencia de las historias anteriores, la agrupación de fanáticos del Verdinegro regresó esa misma noche, al finalizar el partido (22,30). "Los que manejaban durmieron una siesta y eso de las 6 de la mañana ya estábamos en San Juan. Algunos tenían que trabajar o cumplir con compromisos. Sin embargo, lo disfrutamos mucho. Nunca falta el que canta todo el viaje, las anécdotas y la compañía en ruta", manifestó.
A modo de análisis y destaque del público local, el integrante aseguró que nunca se sintieron inseguros porque se notaba que no eran del equipo, pero nadie fue a recriminarles nada. "Eso está bueno que pase", cerró.