Franco Colapinto termina el primer día de actividad oficial en Abu Dhabi con una sensación agridulce. Si bien su Williams se mostró competitivo, tuvo velocidad final y el piloto argentino pudo hasta ubicarse segundo en la segunda práctica libre de la jornada, un error cuando estaba lanzado y venía con récord en el primer sector del circuito de Yas Marina lo obligó a ir a boxes.
Los arreglos en el auto se demoraron y los mecánicos prefirieron que el piloto argentino no regresara a la pista. Sin poder completar una sola vuelta con los neumaticos blandos (los más rápidos), culminó en la última posición de la segunda tanda.
Ese registro no opaca lo hecho en la primera práctica libre, cuando Colapinto aprovechó la presencia de siete novatos en pista y concluyó en el séptimo puesto. Al final del día, la buena noticia es que cada vez que el corredor argentino aceleró, el auto se mostró competitivo.
Es un aliciente para la clasificación de este sábado (desde las 11 de la mañana, hora de la Argentina). Colapinto sabe que fue penalizado por la FIA debido al séptimo cambio de la temporada en su caja de cambios, por lo que será retrasado cinco puestos, igual que su compañero Alex Albon.
Mirá el despiste de Franco Colapinto en Abu Dhabi
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/ESPNArgentina/status/1865025137642262751?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1865025137642262751%7Ctwgr%5Efdbdee5e3872622b8dbb77b6e37a07877bfcb039%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.lanacion.com.ar%2Fdeportes%2Fautomovilismo%2Ffranco-colapinto-en-vivo-nid06122024%2F&partner=&hide_thread=false
Cuando ocurría el problema en la pista de Franco Colapinto, justamente se estaba dando la declaración del jefe de Red Bull. En los boxes, una declaración sembró dudas sobre el futuro de Colapinto en la Máxima: “No sé cómo Franco podría encajar en Red Bull”, se preguntó Christian Horner, jefe de esa escudería, en declaraciones a ESPN. Y añadió: “Está haciendo un gran trabajo y espero que consiga un asiento en la Fórmula 1″.
Fuente: La Nación