El club de sus amores, el que visitaba los domingos cuando no tenía carrera, el que llevaba en el pecho cuando vestía la camiseta en lo picaditos de amigos, hoy lo despide como a un ídolo. Banderas flameando alrededor de la cancha y casacas que se multiplican con el correr de las horas. Un homenaje bien futbolero para "el Nico", el gran héroe de La Bebida.
Naranjo era hincha del "Rojo". Lo visitaba cada tanto, pero lo visitaba y lo tenía presente. "Venía a comer asados. Le habíamos regalado una camiseta y la usaba siempre", contaban desde la dirigencia.
Y el cariño muto. También había una profunda admiración de los simpatizantes para con el ciclista. Lo acompañan en las carreras con banderas rojiblancas y, cuando había podio o consagración en una competencia, organizaban una caravana por el interior de La Bebida.
"Por este amor, yo te aliento de la cuna hasta el cajón", dice el trapo que esta colgado frente a la carpa donde lo despiden cientos de vecinos.