Respeto, sinceridad y confianza son los ingredientes más importantes en cualquier relación de pareja. Es cierto que para darle forma al amor hace falta mucho más, pero la realidad es que, si no están estos ingredientes, la relación no tiene sentido.
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SUSCRIBITERespeto, sinceridad y confianza son los ingredientes más importantes en cualquier relación de pareja. Es cierto que para darle forma al amor hace falta mucho más, pero la realidad es que, si no están estos ingredientes, la relación no tiene sentido.
Al margen, lamentablemente la frase que da título a este artículo, se pronuncia con bastante más frecuencia de la deseable en las terapias de pareja. No hay duda de que mentir no está bien, pero hacerlo por miedo…… es algo bastante más preocupante.
Mentir por miedo siempre está relacionado con evitar un problema, la cuestión es ¿por qué evitar un problema? Jamás se debería consentir que algo sencillo, sin importancia, que no hace daño real y objetivo a nadie, y que lo único que refleja es la forma de ser de cada uno, pueda convertirse en un problema. Ni por los propios miedos, ni por los de otra persona.
Por esta razón, lo primero que se debe hacer es ser consciente de cuál es la razón por la cual me da miedo lo que el otro/a pueda hacer, decir o pensar. Lo habitual es que el miedo responda a distintos aspectos:
¿Qué tu pareja te deje?
¿Qué tu pareja se enfade contigo?
¿Qué tu pareja deje de quererte?
¿Qué tenga otra visión de quien eres realmente?
O quizás ¿qué se decepcione?
Hoy vamos a desarrollar dos de los miedos más comunes:
“Miedo a que le deje de gustar o me deje de querer si hago esto o digo tal cosa”:
El miedo a ser abandonado y a la soledad son dos de los miedos más recurrentes en relaciones de pareja. Además son miedos contaminantes, ya que destruyen lo que tratan de proteger y por ello hay que acabar con ellos antes de que sea demasiado tarde.
En su base suele haber problemas de inseguridad, falta de autoestima y falta de confianza en uno mismo. Las personas que no se quieren a sí mismas no entienden que otros les puedan querer sencillamente por como son y, por lo tanto, no es inusual que “finjan” ciertos aspectos de su personalidad, acoplando su forma de ser a la de sus parejas.
Se olvidan de que ese exceso por agradar, es en realidad mentir, ya que lo único que consiguen es que el otro/a se enamore de alguien que no es real. La verdadera personalidad no tardará en salir ¿y entonces qué? Por esto lo mejor es ser uno mismo siempre, desde el principio.
El verdadero amor parte del respeto y entiende las diferencias, no las juzga y mucho menos trata de eliminarlas. Ser uno mismo es algo fundamental para poder construir una pareja sana y sólida. Si no puedes, no significa que no estés hecho para esa persona, sino que esa persona no está hecha para ti.
“Miedo a la reacción de mi pareja”:
Cuando se escucha la palabra mentira directamente se tiende a “castigar” al mentiroso. Por supuesto si la razón de las mentiras es ocultar información, comportarse de manera en que se violen los valores y principios de la relación a espaldas de la pareja, utilizar el engaño para manipular y salirse con la suya… la mentira no debe ser tolerada y entraríamos en otro tema.
Pero cuando lo que se teme es que, algo que racional y objetivamente no atenta contra la seguridad o la integridad de nadie, pueda ser recogido como un ataque, o un desgaste en la relación, y en consecuencia, se desencadene una reacción desproporcionada de discusión, ira, frustración, rabia y enfado, es ahí que el que miente no tiene un problema con las mentiras, sino con su relación.
Entendemos que cuando en el contexto de una relación aparece miedo al otro y a sus reacciones, es porque dicha reacción puede poner en riesgo la integridad física o emocional, y por tanto es probable que estemos hablando de control, manipulación y maltrato.
En estos casos nunca hay que olvidar que es el otro/a el que tiene un problema, y que hasta que no lo solucione pidiendo ayuda a profesionales de la salud mental la relación no podrá ser sana y tranquila. Ocultarle información para evitar desatar su rabia no hace más que alimentar el problema. Cuando alguien está en peligro no debe mentir, sino huir.
Por último, es cierto que se pueden dar situaciones que lleven a plantearse decir o no la verdad. Y, dentro de un orden, por supuesto que el otro/a tiene derecho a enfadarse si algo no le parece bien. Pero pocas cosas deberían ser un inconveniente para ser sinceros. Una solución que genera otro problema no es una solución, y las mentiras son fuente inagotable de problemas.
Estos son dos claros ejemplos de mentiras por miedo en la relación, y si bien la mentira nunca es justificable muchas veces en terapia entiendes y comprendes porque miente uno de los miembros haciéndole ver a la pareja que hay un componente que solucionar en ambos para poder tener una relación sana, sin mentiras.
Como primer paso para un cambio debemos pensar en reforzar la autoestima del que miente ya que si lo hace, será juzgado por la mentira cuando realmente lo que necesita es confiar en sí mismo-a, y ser autentico-a. Para ello le proponemos que:
Mientras más baja sea tu autoestima, más dependerás de los demás para tu felicidad, recuérdalo. Cuanto mas evites el dialogo y el consensuar con tu pareja, más mentiras, y al final esas mentiras te pasaran factura y enojo personal.
Si te sientes identificado con algo de lo que has leído en este articulo no dudes en pedir ayuda, las mentiras son siempre un claro indicador de que algo marcha mal ya que el miedo no es parte del AMOR.
Escrito por: Carlos Fernández
Coach de Empresas y psicólogo
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