Por primera vez en San Juan, una comunidad huarpe tendrá su cuchá, vocablo que significa vivienda, y que en este caso será aula comunitaria, según explicó María Zalazar, jefa de la comunidad huarpe Cacique Colchagual, del departamento Sarmiento.
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SUSCRIBITE“Cuchá Guarpe, abierta a la vida”, es el nombre del proyecto socioeducativo del departamento Construcciones de la Escuela Industrial Domingo F Sarmiento – UNSJ, llevado adelante por los alumnos de séptimo año en la materia Proyecto Final.
Por primera vez en San Juan, una comunidad huarpe tendrá su cuchá, vocablo que significa vivienda, y que en este caso será aula comunitaria, según explicó María Zalazar, jefa de la comunidad huarpe Cacique Colchagual, del departamento Sarmiento.
“Cuchá Guarpe, abierta a la vida”, es el nombre del proyecto socioeducativo del departamento Construcciones de la Escuela Industrial Domingo F Sarmiento – UNSJ, llevado adelante por los alumnos de séptimo año en la materia Proyecto Final.
Este proyecto de extensión crítica fue seleccionado en la convocatoria Conex 2024. El mismo se originó a raíz de la necesidad planteada por la referente comunitaria en el marco de una visita al territorio organizada por la comunidad de padres de la escuela.
“La importancia de trabajar este proyecto estaba en lo cultural, desde el punto de vista de la cosmovisión de la comunidad huarpe, y eso era para nosotros un gran desafío, y para los estudiantes era un aprendizaje significativo en un proyecto real”, dijo el arquitecto y profesor José Fernando Grosso en Radio Universidad.
Se propuso a los estudiantes de séptimo año elaborar la primera fase como Proyecto Final y se implementó un proceso pedagógico de Aprendizaje Basado en Proyectos y Prácticas socioeducativas. Se formaron cinco equipos de trabajo y quedó formalmente curricularizada.
Los alumnos fueron trabajando en etapas y una de las primeras fue la de sensibilización con acceso a una base teórica con bibliografía clave que se complementó con experiencias directas.
Después asistieron a charlas y conferencias de expertos y se realizaron visitas a museos temáticos. En esta etapa los alumnos lograron clarificar los conceptos teóricos en un contexto real y palpable para ellos.
En la próxima etapa contaron con el aporte de la cátedra Hábitats Sustentable de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de San Juan, con quienes se encaró la etapa de diseño.
Finalmente, cada grupo presentó su proyecto de diseño y la comunidad eligió el primero, con algunos detalles de los otros proyectos presentados.
Zalazar dijo que todos los proyectos “estaban buenísimos”, pero eligieron el primero porque es circular completo “y muy bien estructurado”.
“Ahora empezamos a trabajar con la universidad para lograrlo, seguro nos llevará más de un año para verlo terminado pero ya está encaminado, por la gracia de Dios”, señaló la jefa de la comunidad.
La arquitecta y docente coordinadora del proyecto, Norma Mut, contó que “este proyecto escapaba a lo que uno está acostumbrado a proyectar y significaba que teníamos que pararnos desde otro lugar y ver las cosas desde otra forma, tanto docentes como alumnos”.
Agregó que “fue una experiencia muy motivadora, pasamos por distintas etapas de sensibilización, de información para conocer el tema, a la comunidad y sus necesidades para lo que hicimos algunas visitas a la comunidad”.
Grosso, director del proyecto, explicó que el Consejo de Extensión (Conex) de la UNSJ, convocó a la presentación de proyectos con financiamiento, éste fue seleccionado y contó con un financiamiento de $300.000.
Ideado junto a Mónica Chacoma, subdirectora del proyecto, Grosso aseguró que podrán sacar dos promociones de estudiantes cumpliendo con la normativa y llegando a las 30 horas de prácticas socioeducativas.
“La idea fue que todos los proyectos se realizaran en base al trabajo de los estudiantes en el territorio, por eso todos respetan la cosmovisión de la comunidad”, destacó Grosso.
Fueron 25 alumnos organizados en cinco grupos los que realizaron cinco anteproyectos con valores funcionales diferentes.
Los cinco fueron presentados ante la comunidad huarpe, el que más les gustó fue el primero, que tiene un diseño completamente circular, un salón con capacidad de albergar unas 80 personas, unos 150 m2, con cocina y baños.
“El año que viene se sumarán las incorporaciones sugeridas y se realizará el proyecto definitivo, queda pendiente esa etapa para el 2026 y los planos de electricidad, por ejemplo”, dijo Grosso.
En principio la estructura se construiría al fondo de la casa de la jefa huarpe, donde siempre se realizan las reuniones, pero desde la escuela quieren iniciar un pedido de donación del terreno baldío que existe atrás de la casa de Zalazar, “para darle mejor entorno”.
El presupuesto de la obra y los fondos necesarios para realizarlo surgirá una vez finalizado el proyecto definitivo, entonces se iniciará una etapa de pedido de donación de materiales a entes gubernamentales y ONG, mientras que los miembros de la comunidad tendrán a cargo la mano de obra.
Agregó el arquitecto que todo el proceso es nuevo para todos. La EIDFS están a punto de firmar un convenio de colaboración de Prácticas Académicas con las facultades de Ingeniería y Arquitectura, “para que los chicos y la escuela puedan seguir vinculados y que se nutran unos de otros”.
Cuchá huarpe abierta a la vida es mucho más que un proyecto curricular, aúna capacidades técnicas y humanas.
“Hoy las empresas valoran otras habilidades sociales no meramente técnicas, porque éstas últimas las puede resolver la IA. Pedagógicamente encarado como Aprendizaje Basado en Proyectos, los alumnos resuelven con clientes rales generando conciencia social y egresan más preparados para enfrentar el mundo laboral”.
(Fuente: Destino San Juan)
