Martín Castro Meglioli es un referente y apasionado de la percusión. La vida le permitió formarse en otras latitudes y el destino se encargó de regresarlo a su tierra para compartir lo aprendido y darle al mundo de los tambores un enorme empujón.
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SUSCRIBITEEs un referente del mundo de los tambores y compañía. Se formó fuera de San Juan, pero volvió a su provincia y está encantado de compartir lo aprendido con nuevos entusiastas que le ha presentado la música
Martín Castro Meglioli es un referente y apasionado de la percusión. La vida le permitió formarse en otras latitudes y el destino se encargó de regresarlo a su tierra para compartir lo aprendido y darle al mundo de los tambores un enorme empujón.
Gentilmente dijo presente en el ciclo ‘Media Hora Entre Preguntas’ y entre mate y mate repasó su periplo a puro ritmo, abordó el presente que lo entretiene entre la docencia y algunos proyectos grupales y hasta la paternidad tuvo su especial momento.
-¿Por qué cuando a se dice percusión a más de uno se le viene tu imagen a la cabeza?
-No doy fe de que sea así (Risas), pero te agradezco este cumplido para con lo que yo hago. Y tengo que decir que me dedico a la percusión desde hace muchos años, desde que era adolescente. Empecé acá y después como a los 16 años me fui a Córdoba. Allá estudié la carrera de percusión y otras cuestiones relacionadas con lo mismo. Después me fui un año y monedas a Jujuy. Y hace como 13 años me vine a San Juan a visitar a mi familia y acá seguimos. Siempre me he dedicado a tocar y también a enseñar. Básicamente mi cabeza siempre ha estado dentro de un tambor hasta que fui papá el año pasado y ahí se salió un poco.
-¿Cuándo uno dice percusión de cuántos instrumentos abarca en tu carrera?
-En realidad es un mundo y a mí lo que más me apasiona es que es interminable. La percusión son varios instrumentos. Es una disciplina tan antigua, para muchos la primera dentro de la música, y que se encuentran en todas las culturas. Para poner un ejemplo, en Cuba, que es un país muy pequeño, hay una infinidad de distintos estilos, ritmos e instrumentaciones dentro de la percusión. Y eso es en un solo país, imagínate en todo el mundo. Y cuando estás estudiando y te apasiona conocés uno y de ahí querés meterte con otro y se hace interminable.
-¿Cómo está la salud percusionista de San Juan?
-Cuando yo vine hace 13 años, me da pena decirlo, me encontré con una realidad de la percusión bastante pobre o bastante relegada en San Juan. Claro, yo lo comparaba con lo que había vivido en Córdoba. Allá necesitabas una persona que tocara las congas y cuando levantabas el teléfono tenías cuarenta. Hace unos 10 años más o menos creo que hubo como un boom en el mundo de la percusión en San Juan, se formaron comparsas de candombe y eso permitió que avanzáramos un poco. Pero si lo comparo con las realidades de otras provincias que conozco es como que vamos corriendo.
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