El Poder Judicial de San Juan realizó una jornada que abordó a la violencia digital y, en ese marco, tres especialistas que trabajan en la justicia sanjuanina presentaron datos, experiencias y herramientas clave para comprender la magnitud del fenómeno.
Se trata de Claudia Ruiz Carignano, coordinadora de la UFI CAVIG; Milena Berbari, ayudante fiscal de la UFI de Delitos Informáticos y Estafas; y la licenciada en Psicología Joana Jofre, integrante del equipo técnico del Ministerio Público Fiscal, quienes analizaron la problemática y remarcaron que las principales víctimas de estos nuevos delitos son las mujeres, los niños y las niñas hasta alcanzar la adolescencia.
Fenómeno global sin estadísticas oficiales
La coordinadora del CAVIG explicó que es innegable el impacto del crecimiento exponencial de las tecnologías y, así como facilitan la comunicación y el acceso a la información, también se generan nuevas formas de violencia y criminalidad. En ese contexto, indicó que la violencia contra las mujeres también ocurre en el espacio digital y advirtió que, incluso, organismos internacionales como el Consejo de Derechos Humanos de la ONU vienen alertando sobre el tema desde 2016.
Aunque no existen estadísticas oficiales globales o nacionales, estudios exploratorios muestran cifras preocupantes:
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1 de cada 3 mujeres en Argentina sufrió violencia digital.
59% recibió mensajes sexuales o misóginos.
70% modificó su uso de redes por miedo a ataques.
36% dejó de publicar contenido.
En ese sentido, aseguró que el riesgo se multiplica en mujeres con exposición pública, como políticas, actrices, influencers, que sufren ataques coordinados, hostigamiento y difamación.
La fiscal recordó que en 2023 Argentina sancionó la Ley Olimpia (27.736), que reconoce formalmente a la violencia digital como modalidad de violencia contra las mujeres y permite ordenar medidas a plataformas para eliminar contenido, preservar datos y actuar ante ataques.
También detalló cuáles son las principales conductas que hoy constituyen violencia digital: la obtención o difusión no consentida de material íntimo; la creación de deepfakes sexuales mediante IA; los discursos de odio y misoginia; la suplantación de identidad; el acoso, hostigamiento y extorsión; el robo y publicación de datos personales, incluido domicilio; los ciberataques y vigilancia digital.
“Lo digital atraviesa las pantallas, afecta la vida real y transforma nuestra percepción de la realidad”, advirtió.
Niñas, niños y adolescentes, en riesgo
La ayudante fiscal Milena Berbari expuso el panorama más crítico del encuentro: el impacto de la violencia digital en menores de edad. “Nuestros niños están en un mundo distinto al que vivimos nosotros. Juegan, aprenden, se vinculan y también sufren violencias en el espacio virtual”, señaló.
Basada en estudios internacionales y nacionales, Berbari reveló cuan expuestos están los menores a la violencia digital:
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60% de niñas y adolescentes mujeres en el mundo sufrió ciberacoso.
63% de los niños obtiene su primer celular a los 9 años.
Usan redes entre 3 y 6 horas diarias.
6 de cada 10 hablaron con desconocidos por internet.
72,8% desconoce qué es el grooming.
La mayoría inicia el sexting antes de los 15 años.
La especialista describió que las formas más frecuentes de violencia digital en menores son el sexting, el ciberbullying, la suplantación de identidad, los desafíos peligrosos, entre otros.
Sexting y difusión no consentida de imágenes
Una práctica extendida que deriva en extorsión, humillación o viralización de material íntimo. El 90% de las víctimas son mujeres.
Ciberbullying las 24 horas
Ya no termina cuando el menor sale de la escuela: exclusiones de grupos, insultos, publicaciones ofensivas y humillaciones constantes.
Suplantación de identidad y control de cuentas
Perfiles falsos o toma de cuentas reales para acosar, extorsionar o contactar a otros menores.
Desafíos peligrosos y explotación encubierta
Berbari alertó sobre “retos” virales que terminan exponiendo a niños a desnudarse o grabarse, material que luego es explotado internacionalmente.
Lo alarmante es que este tipo de cuestiones se observan en la justicia local con diferentes casos. Es que la experta manifestó: “Esto no pasa en otro país, pasa en San Juan”. En ese sentido sostuvo que los casos de grooming crecieron de 9 en 2024 a 80 en 2025, una suba exponencial que acompañó el aumento de reportes internacionales enviados por plataformas digitales.
Si bien las principales víctimas de la violencia digital suelen ser mujeres, niñas y adolescentes, son los menores los que poseen una vulnerabilidad particular debido a aspectos evolutivos, emocionales y contextuales. La psicóloga Jofré explicó que estos agresores suelen aprovechar los intereses y la presencia constante de los menores en redes sociales, videojuegos o aplicaciones.
Acorde detalló, la violencia digital hacia menores sigue un proceso de seducción, manipulación y posterior coacción. Primero se construye un vínculo, que ella define como una fase de fidelización, donde el agresor se muestra como alguien cercano y comprensivo. El agresor usa esta “confianza” para obtener material o información sensible, que luego se convierte en un punto de vulnerabilidad.
“Cuando aparece la coacción, la amenaza, aparece el miedo inmediatamente. Quizás le manda el material o el contenido sexual por ese miedo. Porque ya fue manipulado para llegar ahí”, agrega.
La psicóloga destacó que los menores quedan atrapados en un ciclo de dependencia, miedo y desgaste psicológico: “Toma toda la vulnerabilidad de la autoestima, la humillación, la vergüenza, el miedo de que le cuente a sus padres. Toda su vida personal expuesta ante un desconocido”.
Incluso cuando el niño o adolescente detecta que algo está mal, el control emocional ya está instalado. Es por ello que añadió: “Escuché adolescentes que decían: ‘Me hablaba todo el tiempo y eso me cansaba’. Ese boicoteo mental se va metiendo en la vida de esa niña. La mantiene más en contacto con el celular, más en alerta. Es muy difícil salir de ahí si no tiene recursos o contención”.