Del túnel oculto al Cristo que camina: el libro que revela los secretos mejor guardados de la Catedral de San Juan
Una investigación exhaustiva que acaba de ver la luz recorre desde la fundación de la ciudad en 1.562 hasta las recientes restauraciones que devolvieron el brillo a sus imágenes sagradas. Te contamos algunas curiosidades del templo mayor de los católicos sanjuaninos qie revelea este libro.
La Catedral de San Juan, símbolo de la fe católica sanjuanina.
"En el corazón de la ciudad, la Iglesia Catedral de San Juan de Cuyo se erige no solo como una obra arquitectónica imponente, sino, sobre todo, como un símbolo vivo de acogida, encuentro y pertenencia. Este templo mayor, madre y faro de la arquidiócesis, abre sus puertas día tras día para recibir a quienes buscan luz, consuelo, gratitud o simplemente un espacio de fe. La Catedral es casa de todos: fieles, peregrinos, familias, jóvenes, adultos mayores, quienes creen y buscan, quienes celebran y quienes sufren. También son acogidos quienes no tienen fe religiosa y se abren a la posibilidad de algo nuevo. Es el rostro visible de una Iglesia que quiere abrazar la vida como viene y ser signo de identidad para toda la provincia de San Juan". Con estas palabras de Monseñor Jorge Lozano en su contratapa, se presenta el libro "Iglesia Catedral: Profundizando en su historia, vida y significado", una obra que acaba de ser lanzada bajo el sello editorial de Agape Libros, en coincidencia con que se cumplen 46 años de la inauguración de la actual Catedral, bendecida en 1979 tras el terremoto.
El libro propone un recorrido histórico ambicioso que comienza con la fundación de San Juan en 1562 y se extiende hasta las intervenciones de puesta en valor más recientes en 2024 y 2025. A través de sus capítulos, diversos autores como Daniel Izasa, Josefina Martín, el Pbro. Andrés Riveros y el Pbro. Martín Nacusi, entre otros especialistas, exploran no solo la arquitectura y el arte sacro, sino también la vida espiritual y social que late bajo su techo de formas romboidales, diseñado para evocar una manta huarpe en honor a los habitantes originarios de la región.
Una fecha clave es el 16 de diciembre de 1979, cuando se dio la dedicación del nuevo templo, obra de los Arquitectos Daniel Ramos Correa y Carles Vallhonrat.
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Entre los datos más curiosos que desentraña esta investigación, destaca el descubrimiento de un "túnel desconocido" que conecta la Cripta con el Campanil. Este pasaje fue recuperado durante los trabajos de restauración iniciados en 2021, un tiempo de silencio propiciado por la pandemia que permitió a los sacerdotes "descender" a las profundidades del templo para rescatar espacios olvidados. Asimismo, la obra revela un detalle humano y singular en el ábside: una placa en latín con la frase "Imperavit et facta est tranquilitas masna", donde la palabra "magna" fue escrita por error como "masna", un rastro de la historia material del edificio que ha quedado grabado para la posteridad.
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La tecnología también tiene su lugar en estos secretos, porque el libro documenta cómo la imagen de San Juan Bautista fue trasladada a un hospital pediátrico para realizarle una tomografía axial computarizada (TAC). Este estudio médico permitió evaluar el estado interno de la madera y asegurar una restauración precisa de la efigie, cuyos ojos son de cascarones vítreos que aportan un realismo asombroso. Otra revelación impactante es la existencia de un cofre en la Cripta que resguarda las cenizas de cientos de fallecidos en el terremoto de 1944, manteniendo viva la memoria de la tragedia que marcó a fuego la identidad sanjuanina.
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La narrativa del libro no olvida a los protagonistas que hicieron posible la reconstrucción del templo tras el sismo. Se mencionan los liderazgos de obispos y arzobispos como Fray Justo Santa María de Oro, primer obispo de la diócesis, Monseñor José Américo Orzali, quien encargó el actual sagrario de bronce en Barcelona, y Monseñor Audino Rodríguez y Olmos, quien enfrentó la reconstrucción tras 1944. Sin embargo, la obra destaca por su sensibilidad al incluir un listado de los obreros que trabajaron en el campanario, mencionando nombres como José Argañaras, Luis Ávila y muchos otros que pusieron su esfuerzo físico para elevar la torre de 51 metros.
Finalmente, el texto analiza la simbología del Cristo Pantocrátor en el ábside, el cual, rompiendo con la tradición bizantina de representarlo sentado, se muestra caminando, como un Cristo peregrino que sale al encuentro de su pueblo. Este detalle, sumado al uso de materiales autóctonos como la piedra laja y el travertino de Albardón, refuerza la idea de una catedral sanjuanina que es, al mismo tiempo, moderna y profundamente arraigada a su tierra. El libro se constituye así como un documento esencial para entender que este edificio es una "carpa anclada" en la ciudad, construida sobre la fe y el sacrificio de toda una comunidad.
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Breve historia del templo de los sanjuaninos
La trayectoria histórica de la Catedral de San Juan se remonta a 1712, cuando inició su vida como el Templo de San José, una obra impulsada por la Compañía de Jesús bajo el proyecto del padre Luis Santelices. Situada originalmente en la intersección de las antiguas calles “Del Portón” y “Real de las Carretas”, su construcción fue sostenida por las donaciones de los sacerdotes sanjuaninos Pedro José Jofré, Pedro Sánchez de Loria y Sebastián Antonio Godoy y Oro, logrando su habilitación definitiva en 1767.
Con el paso de los años, el edificio incorporó elementos de gran valor estético y funcional, tales como un reloj público instalado bajo la gobernación de Benavidez y seis esculturas de fundición de hierro traídas desde Francia en 1870. Arquitectónicamente, el templo fue un hito regional al ser la primera obra provincial construida íntegramente con ladrillos y mortero de cal, destacándose por sus torres gemelas, columnas de mármol y una imponente entrada principal. La relevancia institucional del recinto se consolidó en 1834, año en que el Papa Gregorio XVI lo elevó al rango de Catedral mediante una bula papal, nombrando a Fray Justo Santa María de Oro como su primer obispo, y obteniendo posteriormente la declaración de monumento histórico en 1941.
Sin embargo, el terremoto del 15 de enero de 1944 marcó un quiebre definitivo en su evolución, ya que los daños estructurales obligaron a su demolición, cerrando así una etapa fundamental de la historia local. Tras un extenso periodo de inactividad, en 1977 se reiniciaron las obras para un nuevo y moderno templo, diseñado por los arquitectos Daniel Ramos Correa y Carlos Enrique Vallhonrat, el cual fue finalmente consagrado el 16 de diciembre de 1979.
En el marco de los aniversarios celebrados en 2024, se ha ejecutado un proyecto de puesta en valor que busca recuperar la visión arquitectónica original de Ramos Correa. Esta intervención ha incluido la mejora de los sistemas de iluminación y sonido, así como la restauración de la imaginería religiosa y piezas patrimoniales rescatadas del antiguo templo, entre las que destacan las linternas de las cúpulas, la cruz original y uno de los relojes de las torres.
Todos los autores
El libro "Iglesia Catedral: Profundizando en su historia, vida y significado" es una obra colectiva que reúne las voces de diversos especialistas, desde autoridades eclesiásticas hasta expertos en arte e historia. Los autores son:
• Mons. Jorge Eduardo Lozano: Arzobispo de San Juan de Cuyo, responsable del texto de la contratapa y uno de los autores destacados en la semblanza biográfica de la obra.
•Juan Mariel Erostarbe: Profesor superior en Lengua y Literatura con un doctorado en filología y filosofía, autor de 27 libros y delegado de la Sorbona en Argentina.
• Daniel Izasa: Licenciado en Comercio Internacional y gestor cultural. Es el autor de la línea de tiempo histórica y del capítulo dedicado al análisis de las imágenes sagradas.
• Pbro. Adolfo Fabio Calívar: Profesor de Teología e Historia de la Iglesia, encargado de la sección sobre los Obispos de la Diócesis de Cuyo.
• Josefina Martín: Autora del capítulo relativo a la puesta en valor arquitectónica de la Catedral de San Juan Bautista.
• Pbro. Andrés Riveros: Responsable del apartado titulado "Tiempo de restauración", donde se detallan los trabajos realizados en la Cripta y otras áreas del templo.
• Pbro. Martín Nacusi: Vicario de la Catedral y profesor de Filosofía y Teología, autor de los "Matices de interpretación del espacio sagrado para la oración".
• Virginia Agote: Gestora cultural y Licenciada en Artes Visuales, cuya trayectoria incluye la dirección del Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson.
• Pbro. Daniel Beorchia: Párroco y especialista que se desempeñó como juez delegado en la causa de beatificación de Monseñor Orzali.