En febrero de 1993 ocurrió en San Juan un estremecedor hecho con grandes repercusiones y un saldo fatal. Se trata del conocido caso Torraga, que implicó la comercialización de vino envenenado. Este martes se cumplen 30 años. Fue el domingo 21 de febrero de 1993 cuando una reunión familiar en una casa de Ensenada, en la provincia de Buenos Aires, terminó con la muerte de seis personas, entre ellas una embarazada, como consecuencia de haber brindado con vinos de las marcas “Soy Cuyano” y “Mansero”. Murieron 29 personas en todo el país y otras tantas quedaron con daños neurológicos severos.
A fines de 1992 Arnaldo Mario Torraga, dueño de la bodega Nietos de Gonzalo Torraga S.A, agregó alcohol metílico en los vinos que vendía en damajuanas bajo las marcas Mansero y Soy Cuyano. El objetivo era “estirar” el producto pero que mantuviera la graduación alcohólica mínima autorizada por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
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Mario Torraga durante el juicio en 1996
El entonces presidente Carlos Menem clausuró la bodega del municipio sanjuanino de Caucete, que Torraga le había comprado a una cooperativa en un remate.
El bodeguero, que conocía de la industria porque había trabajado para Resero durante la intervención estatal a las empresas del Grupo Greco, estuvo 45 días prófugo.
Apareció caminando hacia el Juzgado Federal de San Juan y se entregó. Denunció que era víctima de un “complot orquestado por Mendoza para perjudicar la industria vitivinícola sanjuanina”. Pero ya tenía una condena previa por falsificar cupos de vinificación en el inicio de los ’90.
El juicio por el envenenamiento masivo fue en junio de 1996. La Justicia Federal condenó a Mario Arnoldo Torraga a 15 años de prisión.
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Archivo del diario Clarín durante el juicio al bodeguero por adulteración de vinos en San Juan
Varios empleados, entre ellos el enólogo Armando Ribes y su hijo Guillermo, recibieron penas menores, entre los dos y 10 años de cárcel.
Por el beneficio del 2×1, la mayoría recuperó la libertad mucho antes. Tres empleados del Instituto Nacional de Vitivinicultura encargados de fiscalizar los vinos fueron absueltos de su responsabilidad penal, y a los pocos meses, despedidos de sus puestos por irregularidades administrativas.
Guillermo Torraga. el hijo mayor del bodeguero, fue condenado a 6 años en prisión por el caso de la adulteración de vinos, cuando tenía 30 años. Y otro de sus hijos, Facundo Martín Torraga, en 2021, fue detenido y condenado por abuso sexual contra su mujer.Facundo, que ya tenía un juicio abreviado firmado por pegarle a otra ex pareja, logró que la Cámara de Apelaciones le rebajara la condena a 8 años de cárcel. Dijo que iba a llegar con su caso hasta la Corte Suprema, pero nunca lo hizo.
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Archivo Tiempo de San Juan
Fue en el juicio de su hijo Facundo donde volvió a verse públicamente a Torraga. Sigue viviendo en Avenida Libertador al 2300, en la ciudad de San Juan. Tiene 81 años.
A la hora de los juicios civiles, los responsables de las 29 muertes -registradas en Buenos Aires, Misiones. Corrientes y Entre Ríos- tuvieron una circunstancia muy a su favor. "Mansero" y "Soy Cuyano" se vendían en damajuanas de 4,5 litros a 3,5 pesos. Prácticamente eran los vinos más baratos del mercado. A ellos accedía una parte de la población de muy bajos recursos, recursos que también hacen falta para sobrevivir con una demanda en la Justicia.
Los medios de tirada nacional como Clarín realizaron una recopilación de los hechos que taparon la vitivinicultura local con un manto de luto por aquellas épocas.
Actualmente en la localidad de Caucete se pueden encontrar las ruinas de dicha bodega y sus piletones, un crudo recuerdo de la adulteración de vinos que causó una de las tragedias más recordadas de nuestro país.
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Archivo Tiempo de San Juan
Fuentes: Con información Clarín, Destino San Juan y Archivo de Tiempo de San Juan.