Son los dos hombres que eligió el exigente fiscal general Eduardo “Jimmy” Quattropani para que ocuparan puestos claves dentro de la estructura del sistema acusatorio que se ponía en marcha allá por el 2018. Los abogados elegidos para ejercer como secretarios relatores fueron Rolando Lozano y Fernando Rahme, los dos experimentados dentro del rubro en el que ejercieron defensas en complejos juicios que tomaron estado público. El fallecimiento de Quattropani los dejó en una situación compleja dentro del Ministerio Público Fiscal: los dos intentando continuar el legado del Jimmy con su impronta y al mismo tiempo, luchando para ocupar un lugar en la terna para reemplazarlo. Con la designación de Guillermo Baigorrí como Fiscal General, no hay certezas sobre lo que pasará con los letrados. Tiempo de San Juan les consultó si tenían decidido su futuro dentro de Tribunales, pero la respuesta fue el silencio. Todo indica que los dos dejarán sus lugares y Baigorrí nombrará gente de su confianza para estos lugares estratégicos dentro del esquema.
Era vox populi que Quattropani quería que su sobrino –Fernando Rahme- sea quien lo sucediera como Fiscal General. Durante su larga estadía en la clínica El Castaño dio instrucciones precisas y buscó consensos para asegurarse que su oficina sea ocupada por el abogado. No hubo eco dentro del oficialismo provincial. Finalmente, tras luchar contra una afección coronaria, el hombre que comandó el Ministerio Público Fiscal durante 32 años falleció el 21 de julio.
Desde el 2010 al 2014 Lozano y Rahme fueron elegidos miembros del Consejo de la Magistratura por una agrupación afín al justicialismo. Esos cuatro años generaron varios remezones dentro de la Justicia ya que se renovaron cargos de primera y segunda instancia dentro de Tribunales. Cuando entró en vigencia el sistema acusatorio, tanto Lozano como Rahme fueron designados por Quattropani secretarios relatores del Ministerio Público, cargo que ejercen desde el 2018.
Comenzó el proceso para el recambio en el Consejo de la Magistratura y tanto Lozano como Rahme actuaron en tándem. Se intentó insinuar que estaban peleados pero la intención de ambos al postularse era que al menos uno asegurara la continuidad del modelo Jimmy. El filtro lo pasó Lozano, que consiguió un espacio en la terna que más se hizo esperar en los últimos años.
Ninguno de los dos perfiles tenía la bendición de la Corte de Justicia. Menos Rahme, a quien veían como una amenaza y la continuidad de la relación compleja que los magistrados del máximo tribunal tenían con Quattropani. Cuando se conoció la terna, hubo un leve acercamiento con Lozano, pero siempre el preferido de los cinco jueces fue Matías Senatore, coordinador de la Oficina Judicial.
El 13 de noviembre la Cámara de Diputados terminó eligiendo a Baigorrí, hombre del oficialismo, para ocupar el lugar del Jimmy. En una entrevista brindada a Diario de Cuyo dijo que recibió el llamado de felicitación pertinente de Senatore y hubo silencio respecto de Lozano. Todo indica que no hubo mensaje de cortesía. Todo indica entonces que Lozano ya no será secretario relator del flamante funcionario judicial. El mismo destino correría Rahme.
Los dos abogados forman parte de la estructura de Tribunales, son planta permanente del Poder Judicial. Si dejan sus lugares dentro del “gabinete” del Ministerio Público Fiscal podrán ser absorbidos por otras estructuras –si es que quieren-.