Las declaraciones de Javier Milei avalando la venta de órganos, o el derecho irrestricto a portar armas en cualquier lugar y situación, generaron, entre otras situaciones complejas que ocurrieron, un remezón en la interna partidaria de La Libertad Avanza que está al borde del estallido.
El financista Carlos Maslaton, una de las espadas mediáticas y en redes más filosas de Milei, lo criticó duramente, y señaló que "las libertades individuales tienen un límite. Aún en un sistema súper liberal no se puede hacer cualquier cosa".
Ahora los periodistas, quizá con la esperanza de una marcha atrás, lo consultaron acerca de qué pensaba sobre la chance de que sea legal la venta de niños.
El candidato a presidente comenzó con una palabra que presagiaba el disparate: “Depende. Si yo tuviera un hijo no lo vendería”, aseguró.”.
“¿Pero la respuesta no es “no”? Si te preguntan si estás de acuerdo con la venta de niños”, insistió el entrevistador. “No, depende. No, porque depende, digamos depende en qué términos estés pensando”, apuntó Milei.
Luego ensayó una defensa académica de su posición. ““Cuando digo que soy paleo libertario, quiere decir que en un mundo anarcocapitalista le das un lugar a los usos y costumbres. Va a aparecer un entramado legal como consecuencia de las decisiones de las personas y quizá, en uno de esos contextos, es absolutamente repudiable y no se hace; tiene que ver con lo que decidió la sociedad y piensa determinadas cosas”, redobló.
“Yo si tuviera un hijo no lo vendería, pero de nuevo, no es lo que está discutiendo la sociedad argentina, quizá de acá a 200 años, qué se yo, pero hay ahí un problema de consistencia porque si hablamos del mundo anarcocapitalista no sería presidente, porque en el anarcocapitalismo no hay presidente”, analizó, tratando de desviar la respuesta hacia un futuro distópico.