El Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) presentó su informe anual este 4 de diciembre, mostrando que la tasa de pobreza en Argentina se situó en 36,3% al cierre del tercer trimestre de 2025, mientras que la indigencia afectó al 6,8% de la población. Estos datos, coordinados por Agustín Salvia, se basan en la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) y describen un escenario de estabilización macroeconómica que, sin embargo, está acompañado por un aumento del estrés económico, social y subjetivo, especialmente en los estratos más vulnerables.
Si bien el informe de la UCA indica una baja de 9,3 puntos en la pobreza con relación al tercer trimestre de 2024 (periodo que alcanzó el 45,6%, el valor más alto desde 2005),, y 8,4 puntos frente al tercer trimestre de 2023, la casa de estudios advierte que esta transición es "inestable" y que las mejoras conviven con déficits persistentes como la informalidad (con un 51,6% de trabajadores sin aportes en 2025) y la pobreza estructural,,. Los hogares con niños continúan siendo los más golpeados, con una pobreza infantil que supera el 58%.
La gran discrepancia metodológica: UCA vs. INDEC
La principal advertencia del ODSA radica en la diferencia metodológica con los datos oficiales.
Los datos del INDEC para el segundo trimestre de 2025 mostraron una pobreza por ingresos del 31,8% (o 31,6% en el primer semestre), una baja que fue catalogada como "significativa".
Sin embargo, la UCA sostiene que la caída en las cifras oficiales de pobreza estaría "sobreestimada por la medición", asegurando que hasta tres cuartas partes de esa reducción desde los niveles de 2023 podrían explicarse por un efecto estadístico y no por una mejora real y pronunciada de los ingresos,,. El Observatorio no desconoce los avances logrados por la baja de la inflación y el fortalecimiento de la AUH y Tarjeta Alimentar (que ayudaron a atenuar la indigencia), pero insiste en el sobredimensionamiento.
El centro del debate se halla en la captación de ingresos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), herramienta que utiliza el INDEC para calcular la pobreza monetaria. Según la UCA, desde fines de 2023 y principios de 2024, la EPH revirtió una tendencia histórica de subregistro de ingresos y mejoró sustantivamente su registro,, capturando ingresos un 17% por encima de lo que reflejaba en el tercer trimestre de 2023.
De aplicarse una corrección a la medición del INDEC que ajuste el ingreso por el nivel de captación previo a 2023, la pobreza en el segundo trimestre de 2025 no sería 31,8%, sino 33,9%,. Esto significaría que la baja real de la pobreza desde 2023 habría sido de solo 2,1 puntos porcentuales, en lugar de los 9,5 puntos que indican las cifras oficiales sin corrección.
Canasta Básica desactualizada
Adicionalmente, el ODSA advierte sobre una segunda deficiencia metodológica del INDEC: la Canasta Básica Total (CBT) utilizada para definir la línea de pobreza sigue basándose en la estructura de gasto relevada en la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) de 2004/2005.
Según la UCA, esta metodología desactualizada subestima el peso de los servicios en el gasto familiar,. Si el INDEC utilizara datos más recientes (como los disponibles para 2017/2018), la CBT se elevaría considerablemente, implicando una mayor incidencia de la pobreza en todos los años de medición,. De hecho, el director del ODSA, Agustín Salvia, calculó que si se realizaran estos ajustes, la CBT actual (1.276.649) se elevaría a 1.942.000.
La UCA concluye que, si bien la estabilización macroeconómica (orden fiscal y baja de inflación) es una condición necesaria, no es suficiente para reducir la desigualdad ni recomponer la movilidad social,. En caso de que se retiren los planes sociales, la pobreza ascendería al 42% y la indigencia al 14%. Por ello, el informe insiste en que, sin una estrategia clara para vincular crecimiento con inclusión, la recuperación podría llevar a una sociedad más desigual y fragmentada.