El medio es el mensaje, postulaba Marshall McLuhan promediando el siglo pasado. La mutación del significado de esta frase se hizo patente este fin de semana, cuando en la tapa del diario Clarín se publicó que Javier Milei y Mauricio Macri compartieron una charla vía zoom, en la que el libertario se allanó, si lo dejan, a participar en la PASO de Juntos por el Cambio.
Meses atrás, subido a una autoestima sideral, el libertario le había propuesto, con una frase al viento, al ex presidente que se sumara a su espacio, La libertad Avanza. Pero Javier Milei ha ido, en las últimas semanas, cayendo en desgracia.
Los medios salieron a la caza del Frankenstein que crearon, y los segundos, minutos, y horas que pasaba el economista citando en televisión a desconocidos autores de la escuela austríaca del siglo 18 para justificar el ajuste en la Argentina del siglo XXI, ahora son ocupados en responder al cartel de Wanted que cuelga sobre la cabeza del despeinado presidenciable. Los medios salieron a la caza del Frankenstein que crearon, y los segundos, minutos, y horas que pasaba el economista citando en televisión a desconocidos autores de la escuela austríaca del siglo 18 para justificar el ajuste en la Argentina del siglo XXI, ahora son ocupados en responder al cartel de Wanted que cuelga sobre la cabeza del despeinado presidenciable.
Ante la repetición de latiguillos y slogans durante un par de años, Milei ha tenido que aportar otros elementos a su discurso, y cayó en disparates como promover la portación de armas en Argentina, o aceptar la compraventa de órganos como cualquier mercadería. Esto se vio reflejado en la caída de su imagen, y la pérdida de puntos porcentuales en cuanto a la intención de voto.
¿Quién difundió a los medios grandes, especialmente a Clarín, la existencia y el contenido de la reunión?
Pudo ser Javier Milei, para sacar la cabeza del agua tras todo lo expuesto.
Pudo ser Mauricio Macri, a modo de terminar de romper Juntos por el Cambio, conocedor de la pública negativa de la UCR de integrar una alianza con el libertario.
Elisa Carrió, de la Coalición Cívica, que funge como “pata moral” de Juntos por el Cambio, tildó a Milei hace 48 horas de genocida.
Carrió estuvo precisamente con Gerardo Morales este fin de semana y se manifestaron sobre el tema. El jujeño, que aun sangra por la herida que le causó la imputación de “populista” que Macri le hizo a Hipólito Irigoyen, advirtió que antes de que Milei desembarque en la interna opositora, Juntos por el Cambio se rompe.
La interna libertaria, a cielo abierto
Pero dentro de La Libertad Avanza también hay sectores enfurecidos con los giros inesperados, y aparentemente desatinados, del líder. Y si no con lo que él hace, con lo que hace la hermana. Karina Milei, una mujer que se conduce con puño de hierro en las filas libertarias y con la que Javier tiene una relación digna de una película de Stanley Kubrick, provoca fuertes rechazos entre históricos del espacio.
Ella sería quien, al oído, le recita las bondades de una alianza con los “halcones” del PRO.
El inversor financiero Carlos Maslatón tuiteó que “todos los militantes liberales de la República Argentina apoyamos a muerte a Javier Milei presidente 2023. Pero ninguno de nosotros va a aceptar una orden más de Karina Milei, dictadora barata e ignorante en todos los aspectos, ni del traidor infiltrado de Carlos Kikuchi”.
Carlos Kikuchi, hoy el armador principal de Milei, fue también hombre del círculo más íntimo de Domingo Cavallo.
Milei le respondió a Maslatón tratándolo de marginal, bloqueándolo en redes sociales, y sacándose una foto son su hermana y el hijo del presidente Jair Bolsonaro.
Ante esto, Maslatón contraatacó. “@JMilei Che, Milei, declaraste que tengo un lugar "marginal" en La Libertad Avanza. Pero yo soy solo un puntero tuyo, te defiendo por todos lados y no aspiro a nada porque no soy político. Y tu hermana, no es intocable, no puede actuar como dictadora delirante y fusiladora, no”.
El youtuber El Presto, un cordobés que fue uno de los adherentes más fervorosos, y furiosos, a la figura del economista, hace tres días los trató de “cagador”, de “hijo de puta”, y lo acusó de “vender tus ideales” para acceder a más cargos públicos, de mayor envergadura.
Otro hombre, ex del riñón de Milei, lo cruzó muy fuerte. Se trata de Diego Giacomini, un economista ultraliberal, docente universitario, que supo compartir con el libertario un show televisivo en el canal de noticias de Santiago Cúneo.
Giacomini lo acusó de utilizar “dineros de los impuestos que el gobierno le roba a la gente” para financiar su sueño presidencial. Aludió al uso de pasajes de avión para asistir a actos de campaña por todo el país, y de sortear su sueldo, “fondos públicos”, para mejorar su imagen. “Él es la rancia casta que tanto criticó”, disparó.