Gerardo Morales es un hombre de talentos. Buen orador, dirigente de peso en la política nacional, imbatible en su Jujuy natal, ha demostrado también ser dueño de una picardía alevosa.
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SUSCRIBITEGerardo Morales es un hombre de talentos. Buen orador, dirigente de peso en la política nacional, imbatible en su Jujuy natal, ha demostrado también ser dueño de una picardía alevosa.
Esa picardía le permitió hacerle pisar el palito nada menos que al director de cine dueño de los dos éxitos de taquilla más grandes de la historia, Titanic y Avatar; el mismísimo James Cameron.
El cineasta canadiense arribó a nuestro país para brindar charlas y conferencias con el cuidado del medio ambiente como eje. En ese marco llegó hasta Jujuy, corazón del boom del litio en ese triángulo virtuoso conformado por Argentina, Chile y Bolivia.
Ni bien pisó Jujuy, Morales lo abarajó y comenzó la tournée, con cientos de fotos y varias recorridas por el paisaje jujeño, rematados con una cena.
Cuando terminó la excursión de Cameron, el cineasta empezó a recibir cartas de comunidades indígenas recriminándole haber participado de la promoción política de Gerardo Morales, asunto del que Cameron se desayunó recién ahí.
Una de las misivas señalaba: “Sr. Cameron, con ‘Avatar’ usted nos ha inspirado a revivir la épica de la resistencia, la ética de la solidaridad comunitaria y ecológica, y retomar la estética de la lucha por la vida”.
“La naturaleza de esta zona de la Argentina es muy diferente a la grandiosidad megadiversa de Pandora, o de la Amazonia, pero cuenta con una belleza propia que hoy es amenazada por una nueva forma de colonialismo que se disfraza de verde: la producción de baterías a gran escala para la elaboración de paneles solares, autos eléctricos y otras innovaciones que, paradójicamente, es hoy un boom en la carrera por la transición hacia energías libres de petróleo”, ampliaban.
“Jujuy es Pandora, y está bajo la amenaza de la avaricia de la industria minera, y nosotros somos los Na'vi”, reflexionaban.
Al llegar a Buenos Aires y junto a un grupo de periodistas, Cameron afirmó que “me emboscaron”.
“Fueron grandes anfitriones, pero no me contaron la historia completa, no me dijeron que había 35 comunidades que se veían afectadas (por la minería del litio)”, apuntó.
“Voy a investigar más, pero si las comunidades indígenas están siendo atropelladas o ignoradas, lo que parece ser el caso, nos sentimos moralmente obligados a involucrarnos”, declaró.
“Muchas veces me sacaron de contexto, pero nunca me habían inventado declaraciones que no dije. No sé si es la forma en que se hace ahora o si esto es común en Argentina”, se preguntó.
El artista remató diciendo que “en un conflicto entre la industria extractiva y los derechos indígenas, siempre estaré con los indígenas”.
Más tarde, Morales intentó defenderse con un comunicado dirigido a Cameron: “Lamentamos que le hayan proporcionado información falsa, con mala fe y una clara intención de aprovechamiento político. En primer lugar, quiero aclararle que Verónica Chávez, representante de la comunidad de Santuario Tres Pozos... es una voz respetada y escuchada (entre muchas otras), y es importante que sepa que no hay ningún proyecto de litio en marcha en ese territorio provincial, ya que la comunidad se opone. Ella es propietaria de dos proyectos mineros de sal”, escribió en un posteo en el Instagram oficial del gobierno jujeño.
La polémica está servida. Continuará…
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