El silencioso hombre fuerte que marcó a la Corte

Formó parte de la Corte de Justicia con menos renovación en 38 años, algo inédito en la historia de San Juan. Lo hizo junto a Adolfo Caballero, Medina Palá, Soria Vega y Carlos Balaguer. Éste último se jubiló en el 2016 y ahí se cortó ese polémico record, que permitió el ingreso de sangre nueva con el arribo de Guillermo De Sanctis.

Caballero Vidal fue designado en la Corte junto a Adolfo Caballero. Eso fue el 26 de octubre de 1995. Y ambos asumieron el 1 de noviembre de ese año. Desde entonces y hasta ahora, nunca habló públicamente, tal vez por la anacrónica premisa de que los jueces hablan por sus sentencias, un pensamiento caduco.

Llegó al cargo de la mano de la gestión de Jorge Alberto Escobar, gobernador con el que fue Jefe de la Policía de San Juan.

Antes, Caballero Vidal fue el abogado defensor de Escobar en el juicio político en el que lo destituyeron, en el ´92. Pero luego logró que la Corte Suprema de Justicia de la Nación lo sobreseyera y lo repusiera en el cargo. Ése vínculo con el exgobernador lo transformó en un hombre de su confianza. Y se ganó el respeto de un sector del peronismo.

Luego Caballero Vidal supo construir poder desde lo alto del segundo piso de Tribunales. A tal punto que pese a los duros cuestionamientos que sufría la Justicia por la inacción para resolver causas, nunca prosperaron los ataques para que la Corte reaccionara. Y la clase política y judicial siempre sostuvo que era ése cortista el que definía la línea política en materia de seguridad para el Poder Judicial.

Un par de ejemplos así lo respaldan: le llevó años a la Corte implementar el Régimen Penal Juvenil; Flagrancia empezó a funcionar por la impronta uñaquista después de años de idas y vueltas. La ampliación edilicia empezó a tener forma ahora con el Centro Judicial.

Y, la madre de todas las batallas, pese a que lo ordena la constitución del ´86, nunca se logró implementar la investigación fiscal, con la cual los fiscales y no los jueces pasaban a tener el poder en la dirección de la política criminal. Eso aún está dando vueltas porque se necesita reformar el Código Procesal Penal de San Juan: todas las miradas dilatorias siempre estuvieron puestas en Caballero Vidal.

Ahora parece haber una decisión política firme de que se haga el cambio. Sin lugar a dudas impulsado por los buenos resultados de Flagrancia, fuero penal que lleva un poco más de dos meses funcionando con excelentes resultados. Pero al que Caballero Vidal nunca le terminó de convencer, según fuentes judiciales. Incluso, Tiempo de San Juan publicó hace poco un fallo impulsado por el cortista que prometía atentar contra Flagrancia, el cual fue frenado por la posición del cortista De Sanctis (ver nota vinculada).

En el gobierno provincial ya empezaban a mirar con el seño fruncido ese tipo de gestos que iban contra la seguridad pública, un tema por demás sensible que tiene altos costos para la dirigencia política.

Pero en los últimos meses Caballero Vidal empezó a caer en desgracia.

Sin lugar a dudas el gran cambio llegó desde la Justicia Federal, cuando se lo vinculó a presuntos delitos de lesa humanidad que habría cometido en la última dictadura cívico militar. Se lo denunció. Se lo imputó. Se lo puso en jaque con el pedido de juicio político que hizo el lunes en la tarde el juez federal Rago Gallo, tras la solicitud del fiscal federal Francisco Maldonado.

Hasta ese momento no se había cuestionado al poderoso Caballero Vidal en su rol como juez de la dictadura.

Siempre se había destacado su militancia en la Cruzada Renovadora que fundó el fallecido Alfredo Avelín, donde llegó a ser candidato a diputado por Capital. O su rol como profesor en la Universidad Católica de Cuyo.

Por su despacho de la Corte se filtraban selectamente algunos abogados penalistas de renombre. Y dicen que son contados con los dedos de una mano los jueces que tenían llegada allí.

Muchos en Tribunales lo respetaba, aunque daba la sensación que era más por temor que por decisiones jurídicas. Es que la Corte es quien tiene el poder de superintendencia del Poder Judicial: eso significa que saca y pone recursos humanos y materiales, lo que es vital en el trabajo diario de los jueces a la hora de administrar justicia.

A nadie le escapa que, como también hicieron otros cortistas, Caballero Vidal fue uno de los que más familiares tiene trabajando (hijos, nuera y nietos) en la Justicia, con estabilidad y buenos sueldos de por vida.

Puertas afuera también construyó poder. Por ejemplo, fueron varios periodos de gobiernos los que pasaron mientras él fue cortista y siempre tejió lazos con la clase política en turno en el Ejecutivo.

Por eso dicen que muchas de las reformas básicas que debieron hacerse en la justicia sanjuanina desde hace años, a las que el cortista se oponía, no se concretaban.

De ese despacho se veían salir abogados, funcionarios y magistrados con la cara larga. Otros, con los que tenía feeling, lo hacían sonrientes.

Siempre eran esos interlocutores lo que hacían público o dejaban trascender la postura del cortista ante diferentes temas alusivos a la vida de la Justicia, ya que Caballero Vidal se le conoció el timbre de su voz recién ahora, cuando presentó su renuncia condicionada.