Se trata de una obra que mejorará las condiciones de vida de los menores en conflicto con la ley. El ministro de Desarrollo Humano, Walberto Allende, adelantó que ampliarán el Nazario Benavidez y que trasladarán a ese predio la comisaría del Menor, ubicada frente a la plaza Trinidad. El objetivo es separar los menores que cometieron delitos graves de aquellos chicos que cometieron faltas de menor gravedad. Los menores tendrán huertas, centros de recreación, espacio para tratarlos por adicciones, entre otras mejoras.
"Nos hemos reunido con el ministro Baistrocchi y con la secretaria de Gobierno Fabiola Aubone. Los tres hemos visitado el lugar. Uno de los pabellones que está desocupado actualmente en el Nazario se refuncionalizará y permitirá que allí funcione la comisaría del menor", explicó Allende.
La comisaría del Menor tiene dos calabozos en los cuales se pueden alojar hasta 8 menores por calabozo. Como la capacidad es poca, muchas veces los chicos que han cometido delitos graves con aquellos que no. Tampoco pueden recibir visitas, no tienen espacio para recreación, para ser tratados por adicciones. En los calabozos no ingresa ni siquiera la luz solar. A esto se le suma que debido al espacio reducido de la seccional policial muchos menores de edad son enviados a comisarías comunes, en las que conviven con adultos.
El juez Toro comentó que tanto él como la jueza Camus han presentado ante las autoridades de Desarrollo Humano y de Gobierno pedidos para que se mejore la comisaría del Menor y que se les dé una solución.
"La intención no es construir nada sino adecuar este pabellón que está disponible. Hay que adecuarla con las medidas de seguridad pertinentes. Se va a ampliar la capacidad que tiene ahora ya que los chicos lo necesitan
La decisión de trasladarlos hace falta un espacio, es muy incomodo. Hay una distancia de 50 metros entre uno y otro pabellón", añadió Allende en este sentido.
En el Nazario Benavidez hay alojados entre 9 y 12 menores que han cometido algún delito. Históricamente habían dos módulos: uno de pre-egreso, en el que estaban aquellos chicos que estaban a punto de cumplir la setencia y por el otro, el pabellón en el que se aloajaban los menores que requerían medidas de seguridad más extremas. Ahora solo funciona un pabellón.
El objetivo de las autoridades es lograr reinsertar a los menores socialmente, por eso aseguran que es clave tratarles sus adicciones y atenderlos psicológicamente. Ambos trabajos posibilitan darles una segunda oportunidad a muchos, que en su gran mayoría no vuelven a delinquir según las estadísticas de los Juzgados.