Cerca de las 12 horas de este viernes, el padrastro asesino de Milagros Rivero Gutiérrez se sentó en el banquillo de los acusados y quedó imputado por homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego. Se trata de Leonardo Tello, quien le disparó a la niña de 10 años y le arrebató la vida, cuando jugaba con un revólver durante la madrugada del jueves, en el interior del barrio Constitución, en Santa Lucía.
El sujeto que recibió un año de prisión preventiva, a pedido del fiscal Francisco Micheltorena, admitió que se le escapó el tiro mortal cuando limpiaba el arma calibre 22. Cuando tuvo la oportunidad de declarar, reconoció su responsabilidad frente al juez de Garantías Eugenio Barbera, aunque aseveró que la misma no era suya, sino de uno de los hermanos de la víctima.
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"El arma fue mía por dos horas, yo se la compré a Joel Gutiérrez. Eso es lo único que tengo que decir", sostuvo durante la audiencia el homicida que fue defendido por los abogados Claudio Vera y Alejandra Iragorre, quienes pretendían que se le otorgara la prisión domiciliaria. Sin embargo, el magistrado rechazó el beneficio y lo envió directo al Servicio Penitenciario.
Embed - Video: el padrastro asesino de la nena en Santa Lucía confesó que se le escapó el tiro mortal
Los funcionarios del Ministerio Público encabezados por Micheltorena, es decir, los ayudantes fiscales Agostina Ventimiglia, Emiliano Pugliese y Romina Mascarell, participaron de la audiencia con el relato de los hechos y los detalles de las pruebas colectadas en la escena, que se extendió desde el interior del domicilio de la víctima y el victimario hasta el puesto de la Motorizada, donde llevaron el cuerpo de la menor.
El juez le denegó la prisión domiciliaria fundado en los antecedentes penales del acusado, quien había sido condenado a prisión condicional por Flagrancia por un hurto y, más tarde, a 7 meses de prisión efectiva por el abuso sexual a una menor, en el marco de un juicio abreviado.
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En la teoría del caso presentada por la fiscalía, se indicó que se lanzaron 22 disparos en el interior del domicilio, cuyas vainas servidas fueron encontradas en los alrededores de la vivienda. También, se confirmó que la madre de la chiquita que sufrió el impacto de bala en la zona del abdomen no se encontraba en el lugar, al momento de la tragedia, pues -según dijeron- había salido a comprar.
Si bien trascendió que Tello había estado "jugando" con el arma durante todo el 25 de diciembre, incluso personal de Criminalística descubrió impactos de balas en un tarro situado en el fondo de la vivienda y balas de un revólver calibre 9 mm, los testigos afirmaron que se oyeron tres disparos segundos antes de la fatalidad.
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Lo que siguió después fueron los gritos de desesperación de sus hermanos, que trataban de salvarla. El mayor de ellos, el joven de 19 años que fue señalado por Tello como el vendedor del arma mortal, fue quien la llevó hasta el puesto policial. Por su parte, el padrastro asesino se escapó e intentó escabullirse en el domicilio de sus padres, donde finalmente fue detenido por las autoridades.
Un hermano de 13 años de Milagros habría sido quien observó toda la escena y, por ello, la fiscalía pidió que se realice una Cámara Gesell para conocer los detalles del hecho que conmociona a la provincia. Por tratarse de un chico, solicitaron la mayor contención psicológica posible, dadas las circunstancias.
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