El jefe de la Comisaría 3ra de Trinidad fue a la fiesta de despedida de fin de año del Círculo de Oficiales de la Policía de San Juan y, en el camino de regreso a su casa, protagonizó un accidente que ahora le trajo un verdadero dolor de cabeza. No solo porque se estrelló con su moto y se fracturó un brazo, sino porque, además, descubrieron que manejaba alcoholizado.
Esto puede meter en serios problemas al comisario Eduardo David Lillo en la causa que investiga el fiscal Francisco Nicolía, de la UFI Delitos Especiales, confirmaron fuentes policiales y judiciales. Actualmente, el jefe policial se encuentra con parte médico debido a que sufrió una fractura expuesta en el brazo izquierdo como consecuencia del siniestro vial ocurrido el domingo por la mañana sobre Lateral de Circunvalación y Paula Albarracín de Sarmiento, casi frente al Complejo Universitario El Palomar, en Capital.
Fuentes de la misma fuerza provincial señalaron que el comisario Lillo había participado de la fiesta de fin de año de los oficiales de la Policía de San Juan y allí estuvo tomando hasta la madrugada. Supuestamente volvía de ese evento cuando se accidentó con su moto el domingo 14 de diciembre, en horas de la mañana.
El informe del dosaje arrojó que el jefe policía manejaba con un grado de alcohol superior al permitido para manejar.
Fuentes judiciales explicaron que, presuntamente, el jefe policial descendió por uno de los anillos de Circunvalación, tomó por el lateral y, al encarar por Paula Albarracín de Sarmiento, se salió de la calzada y se estrelló o lo embistieron. La primera polémica surgió porque el jefe policial habría dicho que fue embestido por un automovilista, algo que todavía no se acreditó. De hecho, eso motivó la apertura de una causa penal en la UFI Delitos Especiales, en razón de que hay una persona herida en un siniestro vial y se investiga si realmente fue víctima del choque de otro conductor.
La situación ahora se le complica al comisario Lillo tras el resultado del dosaje, que confirmó que esa mañana manejaba en estado de ebriedad. Una alta fuente del caso reveló que el informe del bioquímico indicó que tenía 0,78 gramos de alcohol en sangre, es decir, superaba lo permitido para cualquier conductor. El jefe policial lo sabe y, como todo se judicializó, la situación podría derivar en una causa penal en su contra y en un sumario administrativo dentro de la fuerza.