Mientras la comunidad de 25 de Mayo no logra salir de la conmoción, la historia de Danisa Aveiro (24) se desgrana entre la pobreza extrema, un pasado judicial complejo y un presente marcado por la tragedia. La joven permanece internada en grave estado tras el incendio que le arrebató la vida a su hija de apenas 7 años, mientras vecinos y familiares ruegan por su recuperación.
Danisa subsistía con lo poco que podía: hacía bizcochuelos y otras cosas dulces para vender en La Chimbera. También cobraba un plan social y enviaba todos los días a sus hijos a la escuela y no solo para que estudiaran, sino para que allí pudieran almorzar. “Era el único lugar donde la nena comía bien”, contaron entre lágrimas algunos conocidos.
La joven vivía en un precario monoambiente de block, en el asentamiento Callejón Ruperto Martínez. Un espacio usurpado, sin luz ni agua, donde criaba sola a sus dos pequeños. Hacía más de dos días que estaba a oscuras porque le habían cortado una conexión clandestina, y por eso una vecina le había prestado una luz de emergencia. “Yo le di un foco para que alumbrara a los niños. No sé si prendió una vela, no sé cómo empezó el fuego. Ella estaba sin luz, sin nada”, relató una mujer del barrio que fue de las últimas en hablar con ella.
Esa misma noche, Danisa había estado en su casa. “Hasta las once y cuarto estuvo conmigo, pidiéndome el teléfono para llamar a su mamá. Quería que la fueran a buscar. Un rato después me avisaron que se incendiaba su casa. Cuando llegué, ya estaban los bomberos. La nena había quedado adentro”, agregó con la voz entrecortada.
La tragedia ocurrió cerca de la medianoche del martes. Según reconstruyeron los pesquisas de la UFI de Delitos Especiales, a cargo del fiscal Sebastián Gómez y el ayudante fiscal Adrián Elizondo, el siniestro pudo haberse originado en una vela que la propia joven mencionó antes de desvanecerse. No obstante, los investigadores no descartan ninguna hipótesis. El pequeño de un año logró salvarse gracias a la desesperación de su madre, que lo alcanzó a pasar por la ventana. Pero la niña no pudo salir.
A la crudeza de la tragedia se suma el trasfondo judicial que cargaba Danisa. Ella y su pareja, Cristian Jesús Latorre, habían llegado desde Mendoza hacía poco más de un año. Él cayó detenido en San Juan por causas vinculadas a la ley de drogas, recuperó la libertad y volvió a su provincia. Pero en diciembre pasado fue arrestado nuevamente y terminó preso en el Penal de Chimbas. Fue allí que surgió la megacausa: según la investigación, desde afuera Danisa habría colaborado en el ingreso de drogas al penal. El rastreo telefónico permitió descubrir una red que involucró a nueve personas más, cinco de ellas ya tras las rejas, y que habría movido cifras millonarias.
A pesar de ese oscuro trasfondo, en la intimidad del barrio todos coinciden en que la mujer soñaba con dar vuelta la página. Le había prometido a su madre mudarse definitivamente a Mendoza y “empezar de cero”. Pero ese anhelo quedó arrasado por las llamas la fatídica noche del miércoles, dejando a una familia quebrada y a toda una comunidad en estado de dolor y desconcierto.