Dos cajeras del municipio de Rawson se encuentran en serios problemas a partir de una auditoría que puso al descubierto un presunto desfalco por más de 600 mil pesos en la comuna y que la tiene a ambas como sospechosas. Se habla de un total de 43 operaciones de cobro, cuyos montos aparentemente fueron a parar a los bolsillos de las dos mujeres.
Esto fue denunciado en octubre pasado por dos abogados de la Municipalidad de Rawson, pero el caso toma relevancia ahora a raíz de que el fiscal Francisco Micheltorena y el ayudante fiscal Adrián Elizondo -de la UFI de Delitos Especiales- reunieron documentación que respaldan las sospechas. Esta semana pidieron la audiencia para formalizar el pedido de investigación y la imputación contra las dos empleadas municipales.
Una de ellas es de apellido Cabeza y la otra Mengual y ambas cumplían funciones de cajeras en la Dirección de Rentas del municipio. A las dos podrían atribuirles fraude en perjuicio de la administración pública y peculado, entre otros delitos. La sospecha es que cobraban, pero se guardaban parte de la recaudación.
La denuncia del municipio de Rawson indica que la anomalía fue detectada en septiembre de 2022 a partir de un control que hicieron en Tesorería. Ahí descubrieron que en los registros figuran cobros de impuestos y tasas municipales que no se correspondían con el dinero ingresado. Cuando fueron a revisar los expedientes constataron que existían los comprobantes, pero esa plata no estaba.
Los funcionarios ordenaron hacer una revisión de los últimos meses y descubrieron una supuesta maniobra ilícita que se repetía en manos de Cabeza y Mengual. De esa forma, detectaron que Mengual no había depositado el dinero de 6 cobros de impuestos y tasas, por un monto de más de 50 mil pesos. En el caso de Cabeza no había rendido cuenta de 37 cobros de impuestos por un valor de más de 600 mil pesos, según la denuncia de la comuna.
La maniobra parece que era burda. Cobraban los impuestos y entregaban el comprobante correspondiente al contribuyente. Sin embargo, el otro comprobante que debía acompañar a la recaudación supuestamente desaparecía o se lo guardaban y a la vez se apropiaban del dinero. Ahora bien, cada operación de cobro y el nombre de los contribuyentes quedaban registrados en el sistema. Ambas no tomaron en cuenta eso. Y fue justamente esto último lo que aparentemente las dejó al descubierto. Al menos, esa es la sospecha.