Alejandro David “Bebé” Zúñiga volvió a ocupar el banquillo de los acusados y su prontuario sumó un nuevo capítulo. Conocido en el ambiente delictivo por sus antecedentes, el hombre fue condenado recientemente por el robo de cables de alta tensión valuados en 10.000 dólares, sustraídos de la Estación Transformadora de La Bebida, en Rivadavia.
El hecho ocurrió el pasado 21 de septiembre, alrededor de las 16:50, cuando Zúñiga y otros dos sujetos treparon un muro de dos metros de altura para ingresar al predio de Naturgy. Allí, mediante fuerza y causando serios daños en las instalaciones, lograron arrancar dos cables de vinculación de 3 y 6 metros de largo. La maniobra provocó una falla en el sistema eléctrico y fue detectada de inmediato por el monitoreo de la empresa, que alertó al 911.
Personal de la Brigada Oeste y de la Comisaría 38 llegó al lugar y sorprendió a los tres delincuentes cuando descendían del muro con el botín. En ese momento, los sujetos intentaron escapar, pero la huida solo le resultó a dos de ellos: Zúñiga fue atrapado con las manos en la masa y los cables robados fueron recuperados.
El caso avanzó bajo el procedimiento especial de Flagrancia, con intervención del fiscal Alberto Martínez. Tras las audiencias, Zúñiga fue condenado a dos años de prisión de cumplimiento efectivo, además de que se declaró su reincidencia y se le dictó prisión preventiva.
Sin embargo, la situación del “Bebé” no terminó allí. Mientras la Justicia lo juzgaba por este robo, salió a la luz que tenía un pedido de captura vigente por otra causa en trámite en la UFI CAVIG, donde está imputado por desobediencia a una orden judicial. Por esta última causa, el acusado se sentó frente al juez y el fiscal Mario Panetta Soppelsa lo dejó al tanto de esta nueva causa en su contra.
Así, el delincuente que hace apenas días fue noticia por el cuantioso robo de cables ahora enfrenta una nueva imputación y otra investigación abierta, lo que agrava aún más su escenario judicial.