Un narcotraficante peruano prófugo, vinculado a una red transnacional con base en la villa 1-11-14, fue señalado como autor intelectual de la masacre en la que asesinaron a Brenda del Castillo, Morena Verri y Lara Gutiérrez. La investigación ya suma doce detenidos y expone un entramado de drogas, prostitución y venganza.
La investigación por el triple crimen de Florencio Varela avanza sobre la figura de un narcotraficante peruano identificado con el alias de “Pequeño Jota”, señalado como el presunto autor intelectual de la masacre. Según el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, el prófugo es parte de una organización narcocriminal internacional que opera en distintos puntos del conurbano bonaerense y mantiene un fuerte comando en la villa 1-11-14 de la Ciudad de Buenos Aires.
El trasfondo: una venganza narco
La principal hipótesis que manejan los investigadores es que el crimen fue motivado por un ajuste de cuentas. Una de las primeras sospechosas detenidas declaró que las víctimas habrían robado cinco kilos de cocaína a un narco, lo que desató la brutal represalia. Otra línea de investigación apunta a la sustracción de 70.000 dólares.
En su testimonio, la mujer admitió que su casa fue alquilada por tres hombres de nacionalidad peruana para concretar el ataque. También reconoció que junto a su pareja se encargaron de limpiar la escena del crimen. Cuando la policía ingresó al lugar, detectó un fuerte olor a cloro y tierra removida en el fondo de la vivienda.
Doce detenidos y operativos en Villa Zavaleta
Hasta ahora, hay doce personas detenidas en relación al caso. Los primeros arrestos fueron de Andrés Parra, Miguel Villanueva Silva, Celeste González Guerrero y Daniela Ibarra. Luego, una serie de allanamientos en la Villa Zavaleta permitió capturar a otros ocho sospechosos, lo que refuerza el vínculo entre la masacre y la red de narcotráfico que opera desde la Capital Federal.
La causa está a cargo del fiscal Gastón Dupláa, con la colaboración de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR). Por razones de seguridad, los acusados declararán en el complejo judicial de La Matanza.
La brutalidad de la masacre
Las autopsias confirmaron la extrema violencia ejercida contra las tres jóvenes.
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Lara Gutiérrez (15) fue torturada con la amputación de los cinco dedos de su mano izquierda y una oreja antes de que le cortaran el cuello.
Brenda del Castillo recibió puntazos en el cuello, golpes en el rostro y finalmente murió por un fuerte impacto que le provocó un aplastamiento facial; tras su muerte, le abrieron el abdomen.
Morena Verri sufrió una feroz golpiza antes de que le quebraran el cuello.