El martes pasado, un hombre que cruzaba la Avenida Circunvalación a pie fue atropellado por una automovilista y, como consecuencia, perdió la vida. El hecho, que sacudió a la opinión pública por tratarse de una muerte que pudo evitarse, desnudó -al menos- en las redes sociales que este tipo de acciones peligrosas suceden con frecuencia en la semi autopista.
A través de los comentarios en las publicaciones realizadas por el suceso, múltiples internautas manifestaron haber sido testigos más de una vez de la imprudencia encarnada por aquellos que atraviesan la vía, en la que los vehículos circulan a alta velocidad, sorprendiendo a los conductores de ambas manos como así también de ambos sentidos. Pese a estar prohibida la circulación y tracción a sangre en la vía, es decir, el paso de ciclistas y peatones, hay quienes desafían no sólo las normativas, sino su propia existencia poniéndose en riesgo a sí mismos y a terceros.
Las reacciones al siniestro vial que resultó mortal, luego de que Miguel Enrique Tello agonizara por las heridas sufridas hasta encontrar la muerte, se ofrecerían como un reflejo de la realidad y de la preocupación de los sanjuaninos por ello. Es que, al parecer, la víctima no habría sido la única en cruzar la Circunvalación, sino que sería una práctica habitual de algunas personas que habitan las inmediaciones.
Si bien hay cámaras de seguridad instaladas en los anillos internos y externos del corredor que encierra a la Ciudad de San Juan, resulta complejo encontrar imágenes que demuestren lo que los usuarios de las redes denuncian o, bien, que lo desestimen. Lo cierto es que, aunque la zona esté monitoreada, basta con segundos para que algún desconocido cruce de un lado a otro, ejecutando así una acción temeraria que podría desatar una fatalidad todavía mayor.
La velocidad máxima permitida es de 80 km/h, mientras que la distancia de frenado de un auto que viaja a dicha velocidad se estima de 60 metros, con lo cual resulta imposible evitar una tragedia por parte del conductor, que se ve sorprendido por la presencia inesperada. Esa distancia, según calculan los peritos y expertos en accidentología, se daría con condiciones ideales, aunque la misma puede variar según factores como la calidad de los neumáticos y las condiciones climáticas.
Lamentablemente, este tipo de conductas que ponen en peligro a otros se han observado en otros puntos de acceso, donde el paso del peatón está prohibido. En los archivos policiales de este año, figura un incidente de similares características, también en la Circunvalación, y otro siniestro del tipo en el Acceso Este. En ambos sitios, por fortuna, las personas embestidas sólo sufrieron heridas y, de milagro, sobrevivieron al fuerte impacto.
Un caso sucedió el 6 de enero de 2025, a la altura de la calle Nuche, donde un peatón de 64 años que intentaba cruzar fue atropellado por una camioneta Toyota Hilux. La asistencia médica fue inmediata y el sujeto fue trasladado al Hospital Rawson, donde permaneció hasta ser dado de alta. El otro hecho se registró el 13 de marzo de 2025, en la intersección de Acceso Este y Avenida Circunvalación, en Santa Lucía, cuando un hombre de 40 años atravesó la vía y sorprendió al conductor de una camioneta, casualmente, del mismo modelo y la misma marca. Pese al golpe, resultó ileso y fue enviado al nosocomio de Capital para desestimar lesiones internas, por lo que no pasó a mayores.
El siniestro vial que culminó en una fatalidad se desató en el anillo interno de la Circunvalación a la altura de calle Mendoza. Allí, a diferencia de otros sectores de la vía que es considerada ruta nacional, no hay puentes específicos para peatones. En efecto, los puentes que se emplazan en las inmediaciones son los de calle Mendoza y calle Tucumán, por donde aquellos que van de a pie puede utilizar, sin poner en riesgo a nadie.