La causa por el crimen en Las Chacritas, que tiene en la cárcel a Luciana Teresita Bustos y como víctima a Marcelo Amarfil, entró en una etapa clave luego de la decisión sorpresiva del Tribunal de Impugnación que le bajó la calificación a la científica del CONICET y docente universitaria y, como consecuencia, la condena a prisión perpetua cambió a una pena menor.
Es que el homicidio agravado por el vínculo pasó a ser sólo homicidio simple y, por ello, el castigo sería el que prevé el Código Penal Argentino, que va de 8 a 25 años. La resolución, conocida el 23 de diciembre, confirmó la autoría y la materialidad del hecho, pero descartó los agravantes que habían sostenido la pena máxima. Ahora, el proceso avanza con un escenario abierto y plazos concretos.
Según explicó una fuente allegada al caso, el próximo paso no es automático. Para que se fije la pena, la sentencia del Tribunal de Impugnación debe quedar firme. Recién entonces el expediente volverá al tribunal de juicio para la realización del juicio de cesura, es decir, la audiencia en la que se define cuántos años de prisión corresponderán aplicar.
El punto central es que las partes aún tienen la posibilidad de recurrir la decisión. El plazo para impugnar vencería, aproximadamente, el 10 de febrero. Es por ello que, si alguna de las partes, defensa o Ministerio Público Fiscal, presenta una nueva impugnación, el caso escalará a la Corte de Justicia, mediante un recurso de casación, lo que podría extender el trámite durante varios meses más.
En cambio, si no hay nuevas apelaciones, el fallo quedará firme y se avanzará directamente hacia la definición de la pena con la audiencia de cesura, tal como lo ordenó el tribunal superior que ofreció in giro inédito al caso que tuvo lugar el 17 de enero de 2024. Dos días más tarde, Bustos era imputada formalmente y recibía la prisión preventiva, por lo que desde entonces permanece tras las rejas en el Penal de Chimbas.
Desde el entorno de Luciana Bustos trascendió una lectura claramente favorable del fallo. “Fue un gran triunfo”, resumió una fuente cercana, luego del planteo que forzó la decisión, realizado por el defensor Néstor Olivera. El argumento es concreto: la prisión perpetua, en términos prácticos, implicaba alrededor de 40 años de encierro efectivo. Con la nueva calificación, el panorama cambia de manera sustancial.
“Esto implica una baja considerable en la pena. Suponiendo, por ejemplo, que le den 15 años, estamos hablando de 25 años menos de encarcelamiento”, señalaron. Según esa versión, Bustos “tomó bien la noticia” y recibió el fallo con alivio, aunque con cautela por los pasos procesales que aún restan.
El Tribunal de Impugnación, integrado por Benedicto Correa, Juan Carlos Caballero Vidal (h) y Eduardo Raed, analizó los recursos presentados por la defensa, la fiscalía y la querella. En un fallo de más de 100 páginas, hizo lugar de manera parcial al planteo del defensor Néstor “Roly” Olivera y modificó la imputación a homicidio simple, rechazando los recursos del Ministerio Público Fiscal y de la parte querellante.
Los jueces descartaron la existencia de una relación de pareja estable entre Bustos y Amarfil, al considerar que no se acreditó un vínculo con proyecto de vida en común, requisito indispensable para aplicar el agravante. La prueba solo permitió tener por probada una amistad íntima y un encuentro sexual consentido la noche del hecho. Además, remarcaron que la imputada mantenía una unión convivencial con otra persona, lo que reforzó la duda razonable.
También fueron rechazados los agravantes de alevosía y ensañamiento, así como los planteos defensivos de legítima defensa y emoción violenta.
Así, el crimen de Las Chacritas quedó en una instancia decisiva: la perpetua ya no está sobre la mesa, pero la pena concreta aún no existe. Todo dependerá de si el fallo es recurrido antes de febrero o si queda firme y habilita, finalmente, el juicio de cesura que definirá cuántos años de prisión deberá cumplir la científica condenada por el asesinato de Marcelo Amarfil.