Este martes, Alberto Cayuela y Pablo Enicanor Romero fueron condenados por el delito de abigeato simple, tras un juicio abreviado en el que ambos aceptaron una pena de 4 meses de prisión de cumplimiento condicional. La sentencia implica que no deberán cumplir tiempo en prisión, pero sí enfrentarán restricciones que incluyen no acercarse al denunciante, víctima del robo.
El incidente que llevó a la condena ocurrió el pasado sábado 24 de julio entre las 19 y 20 horas, en una finca ubicada en calle Olivera, en Angaco. Según la denuncia, Cayuela y Romero aprovecharon la ausencia del propietario para ingresar al predio desprovisto de cierre perimetral. Rompieron el cerco del corral y sustrajeron 40 cabras.
El propietario de la finca, al regresar y descubrir la falta de los animales, comenzó a buscar por la zona. A 200 metros de su vivienda, observó a un hombre corriendo con una cabra de baja estatura de color marrón, dirigiéndose hacia una finca vecina. Al intentar comunicarse con el dueño de esa propiedad, notó que las luces estaban apagadas, por lo que decidió ingresar al predio saltando el alambrado.
Dentro de la vivienda, el propietario encontró a Pablo Enicanor Romero con una cabra de color marrón claro, a la que tenía atadas las patas y con un objeto punzante en el cuello. El afectado intentó confrontar a Romero y luego se dirigió a pedir ayuda a sus familiares. Al mismo tiempo, un vecino llamó a la policía.
Minutos después, la policía localizó entre los parrales del terreno vecino, propiedad de Alberto Cayuela, otra cabra de color blanco con marrón, que ya se encontraba muerta. La cabra en posesión de Romero no presentaba lesiones visibles y estaba preñada. La búsqueda posterior realizada por familiares permitió recuperar 34 cabras, aunque las restantes 4 aún permanecen desaparecidas.