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CAUCETE

“Prohibido la policía”: radiografía del barrio donde mataron a una anciana

Los vecinos dicen “no somos todos iguales, son nada más que dos o tres familias que tienen tomado el barrio”. Según los habitantes del Nikizanga, no se puede salir después de las 21.

Por Redacción Tiempo de San Juan
Por Agostina Montaño 
 
"Acá nos levantamos a las 7 de la  mañana para ir a laburar, no somos todos los vecinos peligrosos pero los fines de semana se descontrola todo”, dice Mabel Olivera. Es la hija de María FlorindaValdéz (66) la mujer que quedó en medio del fuego cruzado entre dos bandas del barrio Nikizanga, en Caucete, y murió. 
 
Esta es la versión que se repite entre todos los vecinos. El barrio Nikizanga está asentado en Caucete hace 9 años, según Mabel. Los dueños de las casas se vieron beneficiados por el programa de erradicación de villas de lo que se llamaba Lotes de Morino que también estaba dentro del departamento. 
 
La pelea entre las dos bandas que se enfrentaron el sábado es anterior a la erradicación y el problema se mudó cuando crearon el barrio perteneciente al IPV. 
 
Los vecinos están muy asustados por el tiroteo pero según dijeron, después de la muerte de Florinda se calmaron las aguas. Ellos mismos admiten que estas dos o tres familias se han apoderado del barrio "dándole una mala reputación a todos los que vivimos acá”.
 
Los fines de semana es el día en el que el Nikizanga se sale de control. "Empiezan a tomar, se desconocen y se agarran pero nunca había sido así tan grave como esta vez”, explicó otra vecina. 
 
Según Mabel durante la semana "puede haber algún robo pero son cosas menos graves”. 
 
El fin de semana, laesquina de la casa de la mujer asesinada es el lugar donde comienzan siempre los problemas. Es más, los vecinos dicen que quienes se juntan en ese sector rompieron la iluminación municipal para no ser molestados ni vistos por la policía. "Llamamos para que los arreglen y al otro día los vuelven a romper”, dice un joven, que vive en frente de la casa donde mataron a Florinda y todos los días cuando sale de su casa se topa con un grafiti y  un mensaje muy claro: "Prohibido la policía”. Es en ese lugar, atravesado por las vías del tren,  donde el barrio termina y es señalado por los vecinos como el lugar de  todos los conflictos.  Más adelante, en otras zonas, se pueden apreciar  pintadas en las paredes con los cinco puntos que simbolizan el odio a las fuerzas de seguridad.
 
En este contexto es en el que trabajan la Regional Este y la Comisaría 9na, quienes tienen jurisdicción en el Nikizanga.  
 
Si bien hay muchos niños, ninguno tiene permitido salir después de las 20 y los vecinos siempre están alerta para encerrarse cuando comienzan las grescas.  Están acostumbrados y saben que los fines de semana hay que "guardarse” después de las 21 para estar más tranquilos. 
 
"Los días de semana es normal pero el fin de semana tenemos que quedarnos adentro de la casa”, dice Mabel. De hecho, el día que mataron a su madre, la anciana había escuchado los tiros a lo lejos y decidió cerrar la ventana  pero recibió un disparo fatal.
 
La familia de la fallecida ya había puesto varias denuncias a sus vecinos, los Moreta y los Cataldo. "Porque se juntaban acá en la esquina de mi casa y me rayaban toda la pared, se peleaban y empezaban a las pedradas y palazos”, explicó Mabel. 
 
En el lugar donde comenzó la gresca que terminó con la vida de Florinda los vecinos encontraron hasta una especie de lanza casera, hecha con una caña y un cuchillo en la punta. 
 
Los propietarios dicen que los robos son como en cualquier lado y que la problemática más grande del barrio son las peleas entre bandas, entre esas "tres o cuatro familias que se agarran seguido”.  
 
Al cierre de esta edición, efectivos de la Brigada Este  ya habían detenido a 5 personas entre los cuales había integrantes de los Moreta y de otras familias que habrían participado del tiroteo. Fuentes policiales informaron que Carlos Moreta habría reconocido ser partícipe del tiroteo y la Justicia ahora busca a su hijo, quien ya se habría fugado a otra provincia. 
 
"Si la policía tuviese miedo no tendríamos tantos móviles rotos”
Estas fueron las palabras de Luis Martínez, jefe de la Policía de San Juan, y caucetero de nacimiento. 
 
"En este caso se trata de familias con trayectoria en  Caucete  y  a lo largo de esta historia han tenido rencillas que el tiempo no ha logrado salvar y cada vez que surge algo se enardecen los ánimos”, dijo Martínez. 
 
"Algunos pobladores nos dicen que la policía no entra y yo sostengo que si no pudiésemos entrar o no tuviésemos el valor no tendríamos la cantidad de móviles rotos que tenemos, no los habríamos enrejado” explicó el jefe policial. 
 
Según el funcionario cuando se hacen allanamientos en barrios como el Nikizanga el personal debe ir resguardado y nunca puede ir un policía solo. "Yo destaco la tarea de prevención que hace la Comisaría 9na en este tipo de barrios. Ellos van a las esquinas cuando los vecinos llaman”, aseguró Martínez. 
 
El comisario Ernesto Figueroa es otro de los que conoce bien la zona del Nikizanga porque es quien está a cargo de la Regional Este, en Caucete. "Hemos tomado precauciones porque nos apedrean y siempre el policía va en compañía para minimizar riesgos”, relató Figueroa. 
 
"Hay gente a la que le encanta hablar y no se hace cargo pero la policía sí entra al barrio y también fue ese día. Si hay alguien que está  haciendo algo por Caucete es la policía”, dijo el jefe de la región. 
 
Figueroa también aclaró que en el caso del barrio Nikizanga "no son todos los vecinos los problemáticos”. 
 
La alarma: un menor baleado dos meses antes
 
Según los vecinos del Nikizanga, dos meses antes de que asesinaran a Florinda Valdéz, balearon a un pibe de 17 años en la entrada del barrio. 
 
"Estaban jugando con un arma y le pegaron un tiro en el pecho. Los padres del pibe no pusieron la denuncia porque eran amigos”, contó uno de los chicos del barrio a Tiempo de San Juan. 
 
El adolescente cumplía 18 años al día siguiente y se habría salvado porque la bala que le impactó era vieja y estaba deteriorada. 
 
Prostitución en el barrio Nikizanga
 
En 2014 una pareja del Carlos Moreta fue detenida acusada de prostituir a su hija de 13 años. Así lo informaron fuentes policiales a Tiempo de San Juan. En aquel momento una denuncia anónima motivó la intervención de la Delegación San Juan de la Policía Federal. 
 
La mujer, madre de la niña, fue detenida junto a su hermano a quien la Federal le habría encontrado 30 porros y varios blísters de psicofármacos. 
 
La causa fue investigada por la Justicia Federal que sospechaba de un caso de trata de personas con fines de explotación sexual. Luego, por falta de pruebas para procesar a la mujer por trata, el expediente pasó al fuero local. Ahí la madre de la niña comenzó a ser investigada pero por un delito mucho menor que es el de facilitar la prostitución lo que le permitió ser excarcelada y esperar el juicio en libertad. 
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Con el cadáver. Esta es la ambulancia que tenía el cadáver del anciano en su interior, en la puerta del geriátrico de calle Entre Ríos, al lado de la Central de Policía de San Juan.

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