La segunda minera más grande del mundo, Rio Tinto, ejecutó esta semana un golpe de timón en su estrategia para San Juan. Su subsidiaria tecnológica Nuton decidió rescindir el acuerdo para quedarse con el 20% del proyecto de cobre Altar, administrado por Aldebarán. Pero en contraste, mantiene intacto su compromiso con el proyecto Los Azules, en Calingasta.
En efecto, la provincia de San Juan fue escenario de un realineamiento estratégico de Rio Tinto, la segunda minera más grande del planeta, detrás de BHP. Esta semana, la minera Aldebarán que tiene en San Juan el proyecto de cobre Altar, confirmó que Nuton Holdings Ltd., subsidiaria tecnológica del gigante mundial Río Tinto, decidió poner fin al acuerdo de opción que le permitía acceder al 20% del proyecto.
Según informó la propia Aldebarán, la salida de Nuton responde a un cambio en las prioridades de inversión de Rio Tinto. La compañía busca ahora concentrarse en proyectos de etapa avanzada y con potencial de generar producción a corto plazo.
Aun así, la ruptura no es absoluta: ambas empresas mantienen abierta la posibilidad de firmar un acuerdo de licencia para aplicar la tecnología de biolixiviación Nuton® en Altar, segun informó Junior Mining Network.
El CEO de Aldebarán, John Black, agradeció la participación de Nuton y aseguró que el proyecto continúa su camino. La empresa retiene el 80% de participación y avanza hacia un estudio de prefactibilidad junto a su socio Sibanye-Stillwater.
De acuerdo con la Evaluación Económica Preliminar (PEA) publicada a fines de octubre, Altar sigue siendo un proyecto de gran escala, con un valor presente neto de 2.000 millones de dólares, aunque exige un CAPEX inicial elevado, de 1.590 millones de dólares, y contempla una vida útil de 48 años.
La apuesta que sigue en pie: Los Azules
En contraste con el retiro de Altar, Rio Tinto mantiene firmemente su presencia en otro gran proyecto cuprífero sanjuanino: Los Azules. Este yacimiento, ubicado en Calingasta y liderado por McEwen Copper, continúa siendo un destino prioritario para las inversiones de Nuton.
La continuidad del compromiso queda respaldada por los antecedentes: la compañía ya ejecutó cuatro inyecciones de capital en Los Azules, entre ellas un desembolso de 35 millones de dólares, elevando la inversión total a más de 100 millones. Según explicó en su momento el gerente general del proyecto, Michael Meding, estos aportes resultan claves para elevar su valuación y facilitar el acceso a financiamiento futuro.
El proyecto Los Azules, ubicado en Calingasta, está muy avanzado: obtuvo el RIGI (Régimen de incentivo para Grandes Inversiones) y el mes pasado finalizó su informe de factibilidad, el documento que define en detalle los costos, plazos y proyecciones de una obra minera antes de su construcción. Necesitará una inversión de 3.170 millones de dólares, arranca la construcción en 2026, la producción comenzaría en 2029 y el primer cátodo de cobre estaría listo en 2030, según informó McEwen Copper.
Un contraste que marca estrategia
La combinación de una salida en Altar y una continuidad reforzada en Los Azules dibuja una estrategia de selectividad por parte de Rio Tinto, que parece decidir entre proyectos con largos plazos de desarrollo y altos costos -como Altar-, y aquellos donde ya tiene un compromiso financiero profundo y un horizonte más compatible con su nuevo objetivo: acelerar la llegada a producción.