Tras un año con fuertes subas y una crisis en el bolsillo del ciudadano, una de las principales víctimas fue el teatro. Es que a la hora de decidir en qué gastar, la gente opta por hacer pequeños recortes en el ocio, el entretenimiento y el esparcimiento.
Los empresarios ya habían adelanto que en 2016 "sufrieron un caída natural del público en medio de un año convulsionado" y el pronóstico para la temporada 2017 no era la mejor. "Este año en general hubo una bajada a partir de marzo que se hizo más pronunciada en abril y luego se recuperó en las vacaciones. Pero después bajaron muchas obras y hay menos propuestas que se están sintiendo en la programación del verano que viene más lenta que lo habitual", había asegurado el presidente de la Asociación Argentina De Empresarios Teatrales (AADET), Sebastián Blutrach, a minutouno.com.
Tras un informe de La Nación, quedó demostrado que la afluencia de público al teatro comercial bajó un 32 por ciento, lo que anticipa un verano con menos producciones y menos salas abiertas.
Los números que preocupan:
32 por ciento fue la caída en cantidad de espectadores comparando agosto 2015 con agosto 2016.
16 por ciento fue la caída de funciones en septiembre y agosto del año pasado y el actual
50 por ciento es la baja en la recaudación al tomar, contando la inflación, entre los meses de agosto de 2015 y la actual temporada.
3 millones de espectadores en 2011 fue el año pasado récord de entradas vendidas desde que hay datos oficiales.
"Lo concreto es que tenemos menos producciones porque no es solamente el precio de la entrada que no puedo comprar el espectador sino que tampoco le alcanza al productor. Porque el productor sabe que tendría que cobrar un precio que el espectador no está dispuesto a pagar. Entonces no le cierra a ninguno de los dos", remarcó el empresario teatral Carlos Rottemberg en diálogo en C5N.
(Fuente: Rating Cero)