El golpe de estado que sufrió Bolivia este fin de semana pone a Argentina en una situación complicada, ya que el país del Norte es uno de los principales vendedores de gas al país y la actual crisis podría poner en duda el suministro de este combustible. Si bien hasta el momento no hubo problemas con el servicio de la empresa IEASA (Integración Energética Argentina), ya hay tres planes de contingencia.
Las opciones que están analizando son usar las reservas de gas licuado almacenado en Escobar, retomar las importaciones a través de Chile o incrementar la provisión doméstica desde el Sur del país. Las posibilidades están siendo monitoreadas por el Ente Nacional Regulador del Gas y CAMMESA, quienes actuarían en caso de que se produzca algún tipo de problema con el suministro boliviano.
Por el momento se han registrado inconvenientes sociales cerca de algunas estaciones de bombeo y compresión de hidrocarburos, aunque ninguno ha cortado la distribución. No descartaron que en el futuro puedan existir tomas de algunas instalaciones, si la situación no se pacifica como tienen planeado. La situación actual de alerta preventiva, aunque todavía no haya problemas concretos.
La cantidad de gas natural que se importa actualmente desde Bolivia asciende a 10,5 millones de metros cúbicos por día (mm3/d), los cuales brindan suministro a los clientes del norte argentino, en especial a distribuidoras y generación eléctrica. Este volumen fue acordado durante la renegociación llevada adelante en febrero, que permitió reducir los 18 mm3/d del contrato inicial.