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SUSCRIBITEMaría Elena Bergoglio, de 77 años, se enteró a través de sus hijos del fallecimiento del único hermano que le quedaba vivo.
Jorge Mario Bergoglio, conocido mundialmente como el papa Francisco, falleció el lunes por la mañana a los 88 años. La noticia generó conmoción en todo el mundo y tuvo un impacto especialmente fuerte en su familia en Argentina, que fue informada del deceso en las primeras horas del día.
Aproximadamente a las 6 de la mañana, José Ignacio Bergoglio, uno de los sobrinos del pontífice, recibió múltiples notificaciones en su celular. En un primer momento creyó que se trataba de la alarma del despertador, pero pronto comprendió que se trataba de la noticia del fallecimiento de su tío. Inmediatamente se comunicó con su hermano y ambos decidieron ser quienes le informaran la noticia a su madre, María Elena Bergoglio, la única hermana viva del papa.
“Dentro de la desgracia de perder un ser querido, pudimos contenerla y acompañarla”, relató José Ignacio en declaraciones a Caracol Noticias. Según indicó, su madre, de 77 años, recibió la noticia con entereza, aferrada a la resignación y con la tranquilidad de saber que su hermano "descansa en paz".
El sobrino del exarzobispo de Buenos Aires también recordó la última aparición pública del pontífice, ocurrida el domingo de Pascua, un día antes de su muerte. "En ese momento lo vi como alguien que había vencido la enfermedad. Ahora, al revisar las imágenes, entiendo que se estaba despidiendo", señaló.
Durante los últimos meses, la familia del papa mantuvo contacto regular con sus colaboradores en el Vaticano para seguir de cerca la evolución de su salud. “Teníamos una relación muy cercana”, explicó José Ignacio, quien además destacó que, a pesar de la distancia, el vínculo familiar se mantuvo constante durante los 12 años de pontificado.
Ni María Elena ni su hijo viajarán a Roma para participar de las exequias. La familia optó por despedir al pontífice desde Argentina, en la intimidad.
José Ignacio también remarcó el perfil humano de Bergoglio, afirmando que no existía una gran diferencia entre el tío Jorge y el papa Francisco. “Era auténtico y cercano. Llamaba a casa y empezaba la conversación con un chiste, pero también era firme cuando debía serlo. Me aconsejó en momentos difíciles de mi vida”.
El sobrino del pontífice recordó además los momentos más desafiantes que enfrentó Bergoglio en su vida: desde problemas de salud en su juventud, hasta decisiones vocacionales complejas, como su ingreso a la Compañía de Jesús en un contexto político delicado en Argentina. También destacó el compromiso que asumió al aceptar el pontificado en 2013: “Entendía que el verdadero poder es el servicio”.
Finalmente, José Ignacio compartió que recientemente se enteró que su esposa está embarazada de una niña, noticia que tenía previsto contarle al papa después de Pascua. “No llegué a decirle, pero estoy seguro de que, desde donde esté, ya lo sabe”, expresó.