Estados Unidos y Paraguay han reforzado sus lazos de cooperación en seguridad con la firma de un Acuerdo sobre el Estatuto de Fuerzas (SOFA), un pacto que establece un marco claro para la presencia de personal militar estadounidense en el país sudamericano. Este tratado bilateral ha sido calificado como histórico y se destaca por ser sin antecedentes en el Cono Sur.
La firma, que tuvo lugar en Washington, fue llevada a cabo por el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, y el canciller de Paraguay, Rubén Ramírez. Según el Departamento de Estado, el SOFA busca facilitar "el entrenamiento bilateral y multinacional, la asistencia humanitaria, la respuesta a desastres y otros intereses de seguridad compartidos”.
Cooperación sin bases permanentes
El acuerdo regula la presencia de personal militar y civil del Departamento de Guerra de Estados Unidos en suelo paraguayo. No obstante, el encargado de negocios de la embajada estadounidense en Asunción, Rob Alter, aclaró que el documento no prevé la instalación de una base de operaciones en Paraguay. El personal estadounidense desplegado ayudará en la "capacitación" de militares paraguayos y estará disponible para realizar "ejercicios conjuntos".
Al rubricar el pacto, ambas naciones abren las puertas a la promoción de "la seguridad y la estabilidad" en el hemisferio occidental. Rubio señaló que Paraguay es uno de los aliados más fuertes que tiene Estados Unidos en la región.
Guerra contra el crimen transnacional y el terrorismo
El objetivo principal de esta alianza es la lucha contra "flagelos" compartidos, como el narcotráfico, el terrorismo y el crimen organizado. El acuerdo implica el despliegue de tropas del Pentágono e intercambio de información clave en tiempo real.
El secretario de Estado, Marco Rubio, identificó a las organizaciones terroristas transnacionales como el problema más grave del hemisferio. Estas, en muchos casos, no son impulsadas por motivos ideológicos, sino que poseen una base financiera y económica que, sin embargo, las hace operar como organizaciones terroristas, amenazando la estabilidad regional.
El nuevo pacto fortalece la estrategia de la Casa Blanca para enfrentar a los carteles de la droga y el terrorismo en América Latina. Específicamente, Estados Unidos se comprometió a compartir información clasificada con el gobierno paraguayo, entrenar a sus tropas, y donar tecnología.
En este contexto, se busca combatir amenazas específicas, incluyendo las células terroristas dormidas de Hezbollah en la Triple Frontera, y las operaciones ilegales del Tren de Aragua y el Cartel de los Soles, grupos que las fuentes vinculan al régimen de Irán y a la dictadura de Nicolás Maduro. El canciller Ramírez sostuvo que el presidente Santiago Peña está "sumamente comprometido" en seguir luchando contra el crimen transnacional organizado, el tráfico de drogas y la corrupción, priorizando la libertad de su gente.
Vigencia y ratificación
El encargado de negocios Rob Alter adelantó que el acuerdo SOFA no tiene un plazo de vencimiento, aunque sus condiciones podrían variar con el tiempo.
Para que la cooperación entre Washington y Asunción inicie, el presidente Peña deberá presentar el texto a consideración del Congreso de Paraguay para su ratificación parlamentaria. Los diplomáticos aseguraron que el pacto fortalece "una asociación de larga duración" y la cooperación bilateral de cara a dotar a la región de "mayor estabilidad y prosperidad”.
Cabe destacar que, aunque es un acuerdo inédito en el Cono Sur, Estados Unidos también firmó un acuerdo SOFA con Ecuador en 2023. Además, este es el segundo acuerdo de seguridad importante entre EE.UU. y Paraguay este año, tras la firma de un Acuerdo de Tercer País Seguro en agosto.