La imagen de la Plaza de San Pedro colmada de fieles ofrece una postal conmovedora. Desde tempranas horas del martes, miles de personas comenzaron a congregarse en el corazón del Vaticano para despedir al papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años.
Entre la multitud, la presencia argentina se hizo notar con fuerza. Banderas celestes y blancas, camisetas de la selección nacional y hasta del club San Lorenzo —del que Jorge Bergoglio era fanático— aportaron un toque especial de identidad y emoción a la jornada.
Aunque la gran mayoría de los presentes son católicos, también se acercaron practicantes de otras religiones y turistas impactados por la magnitud del suceso. El respeto y la emoción se palpaban en el ambiente, mientras se realizaban misas y se rezaba el Rosario en honor al pontífice.
La voz de los argentinos en Roma
"Somos compatriotas del Papa", expresó con orgullo un cordobés al ser entrevistado por medios argentinos. A su lado, una mujer rompió en llanto y no pudo continuar la conversación por la emoción. Otro grupo, llegado desde Campana, en la provincia de Buenos Aires, expresó su orgullo por despedir a un Papa argentino. “Francisco siempre motivó a los jóvenes. Nunca olvidaremos cuando nos dijo 'hagan lío'”, recordó uno de ellos con una sonrisa nostálgica.
Un sacerdote de Santa Fe reflexionó con admiración: "A este Papa hay que honrarlo eternamente. Fue un abanderado de la paz. Si no visitó Argentina, fue porque no quiso ser usado políticamente ni encasillado en la grieta".
Un homenaje que no cesa
Desde la madrugada, el flujo de personas fue constante. En un momento, la fila para acercarse al sitio de homenaje superó el kilómetro de extensión. Las escenas de recogimiento y devoción marcaron una jornada profundamente simbólica.
Se espera que en las próximas horas más argentinos lleguen a Roma para sumarse a las ceremonias de despedida. La figura de Francisco, el Papa que vino del “fin del mundo”, sigue convocando a miles, conmoviendo corazones y dejando una huella imborrable en la historia de la Iglesia y del mundo.