Sanna Marin, literalmente, la “rompió toda” en el Festival Ruisrock, con un atuendo muy juvenil, muy rockero, y muy osado, si pensamos en términos conservadores hablando de una primera ministra europea.
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SUSCRIBITESanna Marin, literalmente, la “rompió toda” en el Festival Ruisrock, con un atuendo muy juvenil, muy rockero, y muy osado, si pensamos en términos conservadores hablando de una primera ministra europea.
Peri su poderosa imagen y gran carisma no son los únicos hitos de Marin.
En 2019, y con sólo 33 años, se convirtió en la jefa de Gobierno más joven del mundo.
Su carrera en política comenzó a los 20 años, cuando se presentó a la Asamblea del Consejo de su ciudad, Tampere. Luego fue por un cargo parlamentario nacional. Marin ganó esas dos elecciones, y poco tiempo después fue elegida ministra de Transporte y Comunicaciones con el Partido Socialdemócrata.
Ocupó ese cargo durante un semestre, hasta que la renuncia de Antti Rinne a su cargo la convirtió, por elección de su partido, en la primera ministra finlandesa. Ya en funciones, se casó con su novio desde los 18 años, el exfutbolista Markus Räikkönen, padre de su única HIJA.
Este año sacudió a la política de su país y del continente cuando, pese a las amenazas de Putin, visitó a Volodimir Selensky en Kiev, e insistió en la entrada de Finlandia a la OTAN. Sin embargo, también advirtió a la alianza militar occidental que “nadie podrá imponernos bases de la OTAN o armas atómica sen nuestro país si no lo deseamos”.
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