Corea del Norte ha reafirmado de manera categórica su compromiso "irreversible" con el desarrollo de su arsenal atómico, destinando la totalidad de sus recursos nacionales al programa nuclear con el fin de garantizar su soberanía y seguridad. En un contexto de creciente tensión, el presidente surcoreano, Lee Jae-myung, ha advertido que Pyongyang se encuentra en la "fase final" del desarrollo de un misil balístico intercontinental (ICBM) capaz de alcanzar territorio estadounidense y transportar ojivas nucleares.
El viceministro de Relaciones Exteriores norcoreano, Kim Son Gyong, declaró ante la Asamblea General de la ONU que el país "nunca renunciará a su derecho a ser una potencia nuclear". Pyongyang ya había declarado su condición nuclear como "irreversible" en 2022, consagrándola incluso en su Constitución el año siguiente.
Prioridad Nacional: Escudo y Espada Nucleares
El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha ordenado recientemente que la evolución de una postura de respuesta nuclear sea considerada la "máxima prioridad esencial" del país. Tras reunirse con científicos y funcionarios de los institutos de investigación de armas nucleares, Kim instó a que todos los recursos se utilicen para apoyar este programa.
Según reportó la agencia estatal KCNA, el dirigente norcoreano manifestó la necesidad de "afilar y renovar constantemente el escudo y la espada nucleares que pueden garantizar de forma fiable la soberanía, la seguridad y los intereses nacionales y el derecho al desarrollo”.
Para el viceministro Kim Son Gyong, la imposición de la "desnuclearización" a Corea del Norte equivale a exigirle que "renuncie a su soberanía y a su derecho a existir". "Nunca renunciaremos a la energía nuclear, que es nuestra ley nacional, nuestra política nacional y nuestro poder soberano, así como nuestro derecho a existir", insistió.
La Amenaza a Territorio Estadounidense
Las advertencias sobre la capacidad ofensiva de Corea del Norte se han intensificado. El presidente surcoreano Lee Jae-myung estimó que Pyongyang se encuentra cerca de alcanzar el pleno desarrollo de un ICBM con alcance a EE. UU.. Si bien precisó que Corea del Norte aún no ha dominado la última etapa tecnológica —específicamente la tecnología de reentrada—, el avance es inminente.
El programa nuclear, que ha estado activo durante décadas e incluye operaciones encubiertas de enriquecimiento de uranio, está generando material fisible a un ritmo alarmante. Lee Jae-myung calculó que el régimen está produciendo suficiente material para fabricar "entre 15 y 20 bombas nucleares adicionales cada año", y que, de no contenerse la situación, el número de artefactos y la sofisticación de sus misiles continuará incrementándose. El presidente surcoreano ha estimado que el desarrollo ha permitido la producción de hasta 20 armas nucleares anualmente.
Equilibrio de Poder y Diálogo Condicionado
Corea del Norte llevó a cabo seis ensayos nucleares entre 2006 y 2017 y ha continuado el desarrollo de su arsenal a pesar de las severas sanciones internacionales.
Para el viceministro Kim Son Gyong, las armas nucleares de su país son un elemento clave que permite "el equilibrio de poderes en la península de Corea" y de esta forma puede "garantizar una paz duradera" en la región.
Pese a la escalada en el desarrollo armamentístico, el líder Kim Jong Un se mostró dispuesto a retomar el contacto con Estados Unidos, pero bajo una condición estricta: que Washington renuncie a la idea de privar a su país de sus armas nucleares.
En respuesta a estas tensiones, el nuevo presidente surcoreano, Lee Jae-myung, ha insistido ante las Naciones Unidas en la necesidad de reconstruir la confianza con el Norte y poner fin al "círculo vicioso de las tensiones militares". El gobierno de Seúl se ha comprometido a buscar una política más moderada, aunque el enfrentamiento entre las dos Coreas sigue vigente, dado que el conflicto de 1950-1953 concluyó con un armisticio y no con un tratado de paz formal.