El tomate industrial sanjuanino está en apuros y hay una crisis de oferta y demanda que nadie vio venir. Una combinación de factores como la sobreproducción, el salto de rendimientos, la caída del consumo interno y abundancia de stock, la facilidad para importar pasta de tomates y la fluctuación del dólar, han creado una tormenta perfecta.
En este escenario, los productores de tomate se están quejando y algunos incluso están arrasando con sus plantaciones. Fuentes del gobierno confirmaron que todos los contratos de abastecimiento están bien organizados y las empresas como Arcor, Tupelí Almar, Rampulla o Profecía, entre otras; están en plena actividad. Pero el problema de la sobreproducción y la falta de demanda interna está afectando a la industria.
La compra y venta
En el tomate industrial o perita, están bien organizados, a través de un programa llamado “Tomate 2000”, el productor y las fábricas sellan anualmente contratos de abastecimiento en dólares. Este año no hay problemas y los acuerdos se han renovado. Pero aquellos productores que han plantado por fuera de contrato, se han encontrado con que no encuentran compradores. Hay casos donde ante la desilusión han tomado decisiones drásticas: les han pasado la rastra a los surcos y arrasado con la plantación. Otros los cosecharon y se pudrieron.
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Le pasaron la rastra a 100 mil kilos de tomate en este finca de Pocito.
El mercado del tomate siempre ha sido el interno, que siempre ha sido demandante. Nunca Argentina logra abastecer todo el tomate del mercado interno y siempre importa pasta de tomate para poder terminar el año con buen surtido en los supermercados y canales de venta. ¿Entonces, que ha pasado este año?
Combo de factores
*Cayo el consumo y queda stock: sucedió que con la crisis se cayó mucho el consumo interno, la gente empezó a consumir menos enlatado y puré de tomate, por lo tanto, las empresas, para esta temporada, están con stock.
*Mayor rendimiento: Pese a las inclemencias climáticas, ha habido una sobreproducción de tomate en San Juan. Primero, hay muy buenos rendimientos de tomate: se están cosechando 150.000 kilos por hectárea cuando el promedio histórico es de 110.000 kilos por hectárea.
*Más hectáreas: Pero, además los productores plantaron más hectáreas que las que efectivamente tienen vendidas por contrato anual. Se entusiasmaron porque todos los años las fabricas les sacan de las manos todo el excedente, debido a que en el país la demanda esta insatisfecha
*Más fácil importar: debido a la política nacional en curso, este año es más fácil importar y hay un tema financiero: las fabricas prefieren importar pasta y de esa forma no tienen que desembolsar la plata ahora para la cosecha del productor. Solo tienen que esperar 6, 8 meses, ver cómo le va en el mercado y si necesita más producto, lo importa.
*El dólar: Los precios de contratos de fábricas con agricultores se pactan en dólares y comparando con el año pasado, convenía mas en el 2024. Es que ahora el dólar libre está más alto y el oficial ha subido, pero no tanto. Entonces era más beneficioso la venta en dólar el año pasado que este año.
“Como el año pasado fue bueno, hay mucha gente que ha plantado hectáreas sin contrato. Y hay un combo de factores que son la tormenta perfecta. Se juntaron las hectáreas de contrato, que son las que están absorbiendo las empresas, con mayor producción. Y mucha gente ha plantado sin contrato y esos tomates son las que no tiene dónde ubicarlas. Y además las fabricas tienen stock. Creo que no se le puede echar la culpa a nadie”, dijo una fuente oficial sobre el actual escenario de la industria tomatera.
Las fábricas
Arcor, por ejemplo, que es el mayor comprador de San Juan y uno de los más grandes del país, no va a comprar menos, sino un poquito más que el año pasado, según le informaron sus autoridades esta semana en una visita al gobierno provincial. Mientras el año pasado procesaron 152 millones de kilos en su planta de San Juan, este año están planeando captar 155 millones, indicaron fuentes oficiales. El resto de fábricas sanjuaninas -Almar, Rampilla, Profecía- también están en plena actividad y van a moler todo lo que compraron por contrato.