En los últimos días salió a la luz un informe nacional que indicó que, por la crisis económica, en lo que va del año cerraron 10.000 kioscos en el país. Sin embargo, la situación en la provincia es diferente. Según informaron desde la Asociación de Kioscos de San Juan, aquí el número de locales del rubro se mantiene estable, mientras las ventas comenzaron a subir.
“Estamos sorprendidos con el informe que emitió la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA) y no estamos conformes. La situación en San Juan es muy diferente”, comentó a Tiempo de San Juan Claudio Rymsza, presidente de la Asociación de Kioscos de la provincia y delegado de la asociación nacional.
De ese modo se refirió al balance que indicó que, la importante cantidad de cierres de locales en el país se dio como consecuencia de los aumentos en tarifas y alquileres y la caída del consumo.
En contraposición, Rymsza indicó que, “acá en San Juan no tenemos los mismos datos. Sí hay locales que han cerrado, pero para mudarse a otros lugares. Más allá de alguna variación puntual, seguimos siendo los mismos de siempre, unos 4.500. A eso se suma que las ventas están normales, no son un montón pero están bien, están mejorando”.
En cuanto al impacto de la situación económica del país en el sector, el kiosquero afirmó que, “aunque a principio de este año fue una locura y teníamos aumentos de 10 por ciento, 12 por ciento y hasta 20 por ciento en la mercadería, hace 2 meses los precios vienen estables. No ha habido ningún aumento significativo y eso nos permite que el sector mejore”.
Y agregó, “a su vez, en el último mes las ventas han subido 10 por ciento con respecto al mes pasado. Aunque esta situación aún es fluctuante. Tenemos meses mejores y peores, pero creo que la gente ya está teniendo poder adquisitivo, nosotros lo vemos en el día a día”.
Cabe recordar que, a nivel nacional se habló de que, la caída en las ventas está promediando el 50 por ciento con respecto al año pasado y que, los kioscos tradicionales se están viendo forzados a reinventarse. Algo que, según Rymsza, no sucede en San Juan.